Nuestras vidas son los ríos…




Y nuestros itinerarios han corrido parejos:
cercanos a ratos,
lejanos la mayor parte del tiempo;
por momentos se han cruzado,
incluso han llegado a unirse.
Fuimos grandes conversadores,
copas y cigarrillos de por medio.
Coincidimos en casi todo;
y en lo que no, nos entendimos.
Ángel, te me has adelantado.
Vete haciéndome hueco.


3 comentarios:

  1. Y sin embargo no le recuerdo... porque yo estuve ahí ese día, recuerdo algunas cosas pero a él no. En fin, lástima que ya se haya ido y tú no te emociones con que te hagan sitio que aun te queda mucho rato de andar por estos lares.

    Besos

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  2. Tengo la misma prisa por morirme que el río Duero por llegar al Atlántico. Lento y represado, ancho a más no poder en tierras zamoranas el que apenas es un hilo de agua en lo altos de Soria, inevitablemente llega a donde tiene que llegar.

    Y como esto no lo para nadie, porque no se puede, hay que ir haciéndose a la idea. Cuando me llegue, que no esté pensando en Babia.

    Sólo es un deseo, Julia, y espero que se traduzca en convicción.

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  3. Que así sea. Esas reflexiones también me vienen al magín de vez en cuando sólo tengo la inquietud de que mi hija esté suficientemente preparada para enfrentarse a este mundo con sus propias herramientas y capacidades.

    Besos

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