Un día normalito, o sea



No sé a qué viene el ‘o sea’ final, pero para mí que lo copié de Umbral, que era muy dado a esas expresiones que solas no significan nada, pero junto a o cerca de según qué, sí expresan. Y es que en este caso ha sido perfectamente normal la jornada que acaba. Primero, porque ha cambiado la climatología, y casi hemos vuelto al invierno; o sea, el clima sigue siendo incontrolable. Segundo, porque he terminado mi programa de hoy, aunque a trompicones; y es que sigo siendo terco como una mula. Tercero, porque he quedado para mañana con mi sobrina, y eso es motivo de alegría. Cuarto, porque me he repetido como maestro y he estado dándole con una marroquí que no sabe leer/escribir en su idioma y quiere hacerlo en castellano. Me han enganchado a la tarea y aquí estoy haciendo lo que buenamente puedo. Y no lo debo hacer mal, porque a duras penas conseguí que dejara la tarea y se fuera a recoger a su bebé a la guardería. Extenuado me dejó con su afán de aprender a distinguir la o de la u, la e de la i, dar de dra y cue de ce… Curiosamente con los números no tiene mayor problema; a esta no la engañas con las vueltas ni en euros ni en dirhams (darahim) marroquíes.
Ya por la tarde, y todo seguido, avié los burletes de unas ventanas, paseé a mis amigos, celebré la Eucaristía rodeado de mujeres y terminé zambulléndome en el agua mansa de una piscina municipal semivacía.
A falta de mayores méritos, me felicito con estas fotos que saqué antes de ayer en un rato que nos dimos de libertad campera:



Lo del auto homenaje está justificado. Cuarenta y un años de cura es motivo suficiente.

1 comentario:

  1. Felicidades Míguel. No es poco mérito el tuyo. Las fotos magníficas, esos campos de amapolas me chiflan.

    Felicidades y besos, amigo mio

    ResponderEliminar