Supone encontrarte con lo de siempre y/o pillar algún detalle no por
archiconocido menos hermoso. A veces miramos y parece que no lo hacemos, aunque
veamos. Pero si fijamos el detalle, si acercamos el plano y lo destacamos del
conjunto, podremos encontrar lo que enriquece el todo sin pretenderlo.
¡Bah! ¡Amapolas!
¡Uf! ¡Maleza!
¡Puaj! ¡Pecina!
¡Puf! ¡Ceniza!
¡Mmm!
¿Hay alguien?
¿Se puede pasar?
¡No hay nadie!
Volver del campo no siempre resulta tener sentido. Tal vez no
encontremos lo que dejamos al salir…
No todo está perdido: de las cenizas vuelve a brotar la vida.
Qué pueblo es?
ResponderEliminarEn María es la leche falta la de Castromocho