Salir al campo


Supone encontrarte con lo de siempre y/o pillar algún detalle no por archiconocido menos hermoso. A veces miramos y parece que no lo hacemos, aunque veamos. Pero si fijamos el detalle, si acercamos el plano y lo destacamos del conjunto, podremos encontrar lo que enriquece el todo sin pretenderlo.
¡Bah! ¡Amapolas!

¡Uf! ¡Maleza!

¡Puaj! ¡Pecina!

¡Puf! ¡Ceniza!

¡Mmm!

¿Hay alguien?

¿Se puede pasar?

¡No hay nadie!

Volver del campo no siempre resulta tener sentido. Tal vez no encontremos lo que dejamos al salir…








No todo está perdido: de las cenizas vuelve a brotar la vida.

1 comentario:

  1. Qué pueblo es?
    En María es la leche falta la de Castromocho

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