Decía mi mamá que más pueden caricias que sopapos. En realidad sus palabras eran éstas: "Más se consigue con miel que con hiel". Y no sé qué tal
aplicó este ripio a su conducta. A mí desde luego sólo me tocó el culo a golpe
de zapatilla. En fin, eran otros tiempos.
El caso es que una bestial tormenta ha puesto a la vista mi paciencia
con la pintada de hace año y medio. La cosa va lenta, pero segura. Véase la
prueba.
14/11/2012 |
20/09/14 |
Ante la falta de alternativas, seguiremos con el plan previsto: greda al mono. O dicho de otro modo: caricias en lugar de tortazos. Que no conviene ponerse a matar moscas a cañonazos.
No han sido 10, sino 15 los litros que han caído por aquí en tan sólo
cuarto de hora. Tanta agua ha sobrevenido sobre mi ciudad, que no quiero ni
acercarme para no perecer ahogado en los charcos que aún perduren. Y han pasado
más de cinco horas.
El caso es que también ha entrado agua en la iglesia. Ahora mismito
vengo a descansar tras la dura recogida. No hay fotos, porque las prisas no lo
han permitido. Pero, sin saber aún por dónde, ha tenido que ser un auténtico
torrente digno de haberse contemplado. Lástima. La próxima no me descuido.
Esta tarde podré celebrar sin tener que usar flotador. Ya todo ha vuelto
a su normalidad.
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