Hay que estar muy
loco para querer venir a este mundo, tal como está –así lo estamos dejando–, y
poner aquí la tienda. Hay que estar de atar para meterse en nuestra carne, y no
pedir una cirugía estética, hacerse una liposucción o vacunarse siquiera contra
la idiotez. Hay que estar majara, muy majara, para llegar hasta acá, sabiendo
cómo somos.
Pero se ha empeñado,
y no ha sido un pronto. No sé cómo lo hará esta vez; sí sé cómo lo hizo la
primera, y la segunda, y las demás…
Se va a encontrar
todo cerrado porque esta noche ni gatos por la calle; todo el mundo encerrado
en casa con la familia. Ni hoteles, ni restaurantes, ni un mal bar de
carretera, nada.
Seguro que encontrará
algún rincón en las afueras, y allí esperará acontecimientos.
Pienso salir de madrugada
por si me lo encuentro.
Entre tanto, escucho
este villancico con el que nos hemos machacado el cuerpo durante este Adviento.
Pues mi puerta estará, como siempre , abierta.
ResponderEliminarBesos
Eso está muy bien. Pero con extraños ten la puesta la cadena, y si sales, echa la llave. No es cinismo, es simple prevención. Quien evita la ocasión, evita el peligro.
ResponderEliminarBesos