Es mejor estar callado y parecer tonto…



… Que hablar y despejar las dudas definitivamente. Groucho Marx dixit.
Ahora resulta que lo de Borja, Zaragoza, Spain, fue la bomba. Ni apariciones, ni imágenes que chorrean sangre, ni ángeles moviendo las cortinas, ni agua que cura esto y lo demás, ni susurros, gritos o lamentos… Una simple pintura ha levantado al pueblo, aunque no tanto como hubieran preferido en la alcaldía. «Tampoco es que haya sido esto un 'boom' económico», afirma el susodicho. No obstante reconoce que han llegado setenta mil  personas visitantes, y cincuenta mil los euros apilados. Un euro por entrada, más donativos. Y con esto se olvidan las amenazas y los avisos de denuncia, porque “estos son mis principios; pero, si no le gustan, tengo otros.” También lo dijo el bigotes de los Marx.
La fama ha llegado hasta Australia, pero donde más lo ha agradecido ha sido en Cádiz, donde arribó para una boda.
Más le valdría a este buen señor dedicarse al humor, porque en política ha demostrado poca enjundia.
Iluso de mí que, si no alabé a la buena señora en su obra artística –sólo a su buena fe y mucha dedicación a sus labores–, deseé al menos que se aprovechara la ocasión para hacer una catequesis más coherente acerca del “ecce homo” que describe Isaías. Más bien se ha convertido en motivo de expectación para ávidos de cosas raras, frikis llaman a esto por lo visto, superficiales contempladores del sinsentido y la vanalidad.
De todo esto están sacando pingües beneficios, aunque se destinen a buen fin: mejoras en una residencia de ancianos, restaurantes del lugar y tiendas de recuerdos y antiguallas. Se ve que aquí valen los medios, cualesquiera que sean, con tal de ganar notoriedad y mejorar la economía.

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