Cierran Reader Google, me paso a Feedly



De un tiempo a esta parte, cada vez que entraba a leer las cosas que me interesan, el aparato me plantaba delante de las narices un cartel que nunca leí. Simplemente, como los miura al capote, iba a derecho a por las noticias. Ahora caigo de mis prisas y me entero de que ese cartelito estaba avisándome de que echaban el cierre, y que debía hacer mis deberes si no quería quedarme sin mis direcciones preferidas.
Bueno pues ya he acabado y tengo todo lo mío a buen recaudo. Me he afiliado a otro servicio de lectura. Se titula Feedly.
Resulta que desde hace años encontré la manera de leer sin entrar, que resulta la mar de cómodo. Es como si supieras lo que hay en las casas de la vecindad mirando sólo a través de sus ventanas. Ni darle al llamador ni apretar el picaporte; tampoco traspasar el umbral; simplemente desde la acera, si la hay, o en medio de la calle como en mi barrio, que carece de ella.
Ignoro por qué este servicio tan completo se acaba; me imagino que será por falta de productividad. Y eso que sospecho que lo utilizamos una muchedumbre ingente de internautas. Cosas…
El caso es que he estado estudiando la cuestión, he pulsado teclas, he leído opiniones y valoraciones, y he optado por ceder los trastos a esta otra herramienta, que además de aprovechar todo lo que tengo, no me exige nada.
Con todo y con eso, mis huesos ya empiezan a estar un poco recios para el cambio, y se resienten ante lo que no es igual; porque sólo es parecido.
Sepan, pues, mis visitantes que seguirán siendo bien recibidos en este pequeño mundo; yo, desde esta plaza pública, declinaré entrar en sus domicilios salvo en el caso de que tenga algo que decir, siquiera saludar. Me basta con mirar por sus ventanas, sin hacer uso de la aldaba.

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