La yesca en la parra es como la carcoma; hay que cortar por lo sano, y a ver qué pasa…



Decidí podar los tamariscos y los dejé pelones. Ya están listos para florecer en junio.
Las parras hace años que no me tocan, porque Agustín lo hace sin que se lo pida. Viene, poda y se marcha. Así año tras año, pero sólo a partir del momento en que Felipe, que era quien mandaba, lo dejó. La temprana me trae preocupado desde que en el verano pasado se le secaron los últimos tres metros. Agustín no los ha tocado cuando podó en febrero, de modo que esta mañana he tratado de investigar.
Corté la parte seca y seguí cortando parte verde; descubrí que la sequedad viene de más abajo, tal vez de la raíz, y que apenas queda vida en la parte externa del tronco; el interior está completamente muerto.

Está enferma de “yesca” a lo que parece. Eso dicen los entendidos que dejan información en internet. Se trata de un conjunto de hongos que atacan a la vid, tanto en sus raíces, en su tronco o en su ramas, como en todo su conjunto. No tiene solución, porque el único producto eficaz contra este mal está prohibido por su altísima peligrosidad. La solución es descepar y quemar. Y cuidando mucho todo el proceso, porque es muy infeccioso y se puede transmitir rápidamente a las otras plantas.
Esperando para ser plantada. 1983
Creciendo ¿1985?

Con el miedo en el cuerpo, me estoy despidiendo de esta parra en su treinta aniversario. Lamentaré no volver a probar su ricas uvas tempraneras que maduran entre julio y agosto, pero es que también me gustan las otras tres variedades que tengo en el jardín, y no es cosa de exponerlas a enfermar y perderlas igualmente.
Enferma. 2012
Es triste pero hay que reconocerlo y admitirlo. Hay males que no tienen solución; o si la tuvieren, no está a la mano; o en todo caso cortar por lo sano no sirve de nada para esta parra que a la vista está que deja un hueco que es urgente rellenar.

Desahuciada. 2013
¡Mecagüen la yesca de la mierda! Perdóneseme el exabrupto, pero cuando pienso lo que puede tardar una parra en tener el tronco y poderío que tenía ésta me entra tembleque… (Y un cabreo de tamaño superior.) [Y otra cosa, mariposa; ¿llegaré a ver sus frutos? Y no es retórica].

4 comentarios:

  1. Miguel Angel, la vida es así.
    Que se vaya a hacer puñetas la yesca, que aún infectará a otros.¡maldita sea!.
    Ahora ya no habrá cronicas de la parra, de que si ya brotan las uvas, de lo dulce que son, de los pajaritos que las pican...me había acostumbrado a saber de ella periodicamente.Y esta imagen volteando la pared.
    Bueno, vendrán otras.

    Besos

    Anna

    ResponderEliminar
  2. Espero que sí, porque aún están las otras tres que espero no se hayan contagiado. Incluso la enferma puede que sea recuperable. En fin, habrá tema con las uvas, los pájaros y la poda, faltaría más.

    ResponderEliminar
  3. Cuánto lo siento Míguel, comprendo que estés contrariado y cabreado, es que son muchos años y, claro, esto duele. Te acompaño en tu sentimiento, sea el que fuere.

    Espero que retoñe como dice el poema y te dé todavía muchas alegrías.

    Besos, amigo.

    ResponderEliminar
  4. Algo encontraré que lo solucione, bien curando, bien reemprendiendo.

    Besos

    ResponderEliminar