¿Esto mismo y lo contrario?

 
Como soy pastor de mi redil, desconozco qué ocurre en otros rediles y qué hagan o digan sus pastores. Noticias sí me llegan, pero siempre a través de. Me gustaría poder tener esa información en vivo y en directo, pero no me es posible.
Sin embargo, puesto que el río suena, algo de verdad sí que debe haber. Y puede que en tanto estos digan y hagan una cosa, aquellos hagan y digan otra muy distinta.
Me acabo de enterar de que a una profesora de Estudios Católicos en la Universidad de Roehampton (Reino Unido) y conocida por su trabajo en cuestiones éticas contemporáneas y visión católica del feminismo, Tina Beattie, le han retirado la invitación a una estancia en el Centro de Cultura y Pensamiento Católicos “Frances G. Harpst”, dependiente de la Universidad de San Diego, por decisión de la dirección académica, ante las críticas y quejas de algunos de sus patrocinadores. El director del Centro, Gerard Mannion, se ha mostrado perplejo y altamente disgustado por ello y avisa que habrá protestas. La razón, que Tina Beattie firmó recientemente una carta dirigida al diario The Times, en la que defendía que es perfectamente lícito para un católico, haciendo uso de su libertad de conciencia, apoyar la extensión legal del matrimonio civil a las parejas del mismo sexo.
Por otra parte, un párroco, Richard T. Lawrence, de la iglesia de San Vicente de Paul, en Baltimore, tras leer una carta de su arzobispo llamando a votar contra el matrimonio entre personas del mismo sexo en el referéndum que se celebrará el próximo martes en Maryland, añadió de su propia cosecha: “A mí me parece que incluso si creemos que la iglesia no debe permitir el matrimonio gay, podríamos convivir con una norma que permita el matrimonio civil de las parejas de gays y lesbianas. Yo personalmente, sin embargo, iría incluso más lejos; podríamos reconocer la total, exclusiva y permanente unión de las parejas de gays y lesbianas como parte del sacramento del matrimonio”. Lawrence reconoció que esta no era, en la actualidad, la doctrina de la iglesia, pero añadió que “personalmente creo que esta es una posible línea de desarrollo teológico en el futuro, y quizá al final forme parte de la enseñanza de la iglesia. ¿Y si esto es posible, por qué no debemos considerar que el matrimonio civil de las parejas de gays y lesbianas debería estar permitido?
Esto dicho, en la Iglesia Católica caben, como en banasta, tanto sardinas como arenques, chicharros, langostinos, quisquillas y todo tipo de animalitos marinos o terrestres. Y esto, por más que se pretenda dar imagen de uniformidad y de que quien saque los pies de las alforjas, cuidadín que se los cortan.
Para nada. Disciplina sí, y unidad también; más importante ésta que aquella, por supuesto. Pero libertad en las cosas que son opinables y defendibles desde los presupuestos fundamentales de la fe. Porque nuestra Iglesia no se transparenta en la solidez y rotundidad de las piedras de San Pedro del Vaticano, sino en la presencia siempre viva y vivificadora del Espíritu de Jesús de Nazaret, el Cristo.
No es pues extraño que en una parroquia se diga y dialogue de una manera y justo en la de al lado, de otra diferente.
Mi opinión personal, que también la tengo, -no va a ser sólo R.T. Lawrence quien haga uso de ella-, es lo que he vivido y de lo que puedo hablar. Nunca he recibido directrices de estricto cumplimiento, jamás se me ha pedido, menos obligado, a adoctrinar al personal de una determinada manera. Si se me ha llamado para responder de algunas quejas, ha sido más por deferencia que otra cosa. Y como aquí los patrocinadores somos quienes formamos la parroquia…
Siempre hay y habrá quien/quienes, creyéndose cancerberos de lo que consideran la sana y única doctrina, sospechen, husmeen, critiquen y hasta acusen, denunciando. Más les valiera dejarse de monsergas y respiraran los vientos del Espíritu.

1 comentario:

  1. Eso, eso y de paso que dejaran de ser más papistas que el Papa (aunque en esta materia son TAN papistas como el Papa).

    Besos

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