Nunca he sido un as
en nada reseñable, pero con una máquina de fotos creo que no hay ser mortal que
funcione peor que yo. Aún así, durante muchos años he sido el maquinista
oficial. Siempre, claro, que no estuviera presente Luis, que era un profesional
de categoría; pero eso sólo ocurría en eventos bien señalados, como bodas,
bautizos y similares, incluidas las primeras comuniones. Tenía que avisarle que
no retocara a nadie, que mejor si eran fotos al natural. Trabajo me costaba
contenerlo. Pero era el mejor.
Al campamento no iba
Luis, de modo que era yo el que fotografiaba algunas cosillas, según me lo
permitía mi responsabilidad, que era múltiple y variopinta. No llegaba más que a
lo que buenamente podía, y sacaba lo que sacaba. A la vuelta del verano, solíamos
convocarnos los que habíamos participado en el campamento del barrio, monitores
y acampados, para proyectar las fotos y pasar un buen rato descubriéndonos y
cachondeándonos los unos de los otros. Siempre eran diapositivas. Y no había
orden ni concierto, porque editarlas resultaba del todo imposible, salvo que se
hiciera un guión surrealista. En cualquier caso, con los medios que por
entonces teníamos, no fui capaz de hacer más.
Así pues, resultaba
una sesión gallineril, entre risas, gritos, comentarios y dedos asaltando la
pantalla para señalar una cara, un cuerpo, una tienda o una montaña, a través
de fotos faltas de luz, movidas o con la distancia mal escogida. También las
había claras, luminosas, perfectas. Un solo defecto: trataban de evitar las
individualidades.
Con la creación de la
página web de la parroquia se me apuntó que las publicara, para que se pudieran
disfrutar urbi et orbe. Y lo empecé a hacer. Digitalicé unos cientos, y dejé en
ello muchos euros. Esperaba encontrar una forma más barata para el resto, más
de quinientas, pero hasta ahora no he podido.
Aproveché la tarde de
la fiesta de Santiago para proyectarlas y fotografiarlas. El resultado es
pobrísimo, pero de momento no hay otra cosa. Cuando la encuentre o me la
presten, trataré de mejorar su calidad.
Aviso, pues, al
público interesado, que ya están completos todos los álbumes de fotos de los
campamentos, incluidos los dos últimos que tuvieron una dinámica particular al
ser de familias.
En https://sites.google.com/site/laparroquiadeguadalupe/los-campamentos-de-verano
están visibles y disfrutables. Este es el remate que avisé en el post de ayer.
GRANDE.
ResponderEliminarSiempre me dieron envidia los chavales cuyos padres les dejaban asistir a campamentos semejantes. Menuda suerte. Un saludo.
ResponderEliminarEl comentario anterior es de David.
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