¡Qué cosas tiene la vida!


La Escuela de Atenas, de Rafael. Dentro de una grandiosa arquitectura renacentista, inspirada en el proyecto de Bramante de renovación de la basílica paleocristiana de San Pedro, se mueven los filósofos más célebres de la antigüedad, algunos de los cuales se pueden reconocer fácilmente: en el centro Platón, que indica con un dedo hacia arriba, mientras sujeta en la mano su libro Timeo; a su lado, se encuentra Aristóteles con la Ética; Pitágoras, en cambio, está representado en primer plano concentrado en explicar el diatesseron en el libro; recostado en los peldaños con la escudilla es Diógenes, mientras que apoyado en un bloque de mármol, ensimismado en escribir en una hoja, se halla el filósofo pesimista Heráclito, que se parece a Miguel Ángel, quien estaba pintando por aquellos años la contigua Capilla Sixtina. A la derecha, se pueden ver Euclides, que enseña geometría a sus alumnos, Zoroastro con el globo celeste, Tolomeo con el terráqueo, y por último, en el extremo derecho, el personaje con la gorra es el autorretrato de Rafael.
 

Estaba yo un poco mosca porque una entrada en este blog está recibiendo más visitas de lo que es normal. Y le daba vueltas a la pelota. ¿Cómo es posible?, me preguntaba. El tema es el profeta bíblico Samuel, a propósito de una aventurilla que me sucedió un día en el despacho parroquial. Nada de su contenido tiene, a simple vista, tanto interés como indican los números. Hasta que hoy acabo de caerme del burro.
Me explico. Hice allá un comentario en respuesta a un bloguero amable que con su visita dejó un recuerdo de su infancia. Tras responderle, me permití un “scorzo” a propósito del republicanismo del profeta. Y cité un texto del primer libro de Samuel, que relata la petición del pueblo judío de un rey que le gobierne, del cabreo de Samuel que ve en ello una ofensa a Yahvé, de la respuesta de Dios al profeta, y de cómo Samuel se doblega y acepta la voluntad de Dios y del pueblo.
Resulta que aquel texto, -1 Sam 8, 4-22-, ha atraído la atención de miles de internautas, de ahí el salto numérico en la estadística.
Me ha pasado aquí como con el toro de otra entrada, que también sube en visitas como la espuma.
Decididamente, sin manifestarme ni en favor ni en contra, me he convertido en una especie de atracción de feria para muchos antimonárquicos, como también lo estoy siendo para una multitud de aficionados amantes de los toros.
Quede claro para toda la audiencia: no soy antimonárquico, tampoco estoy por la monarquía; soy partidario del gobierno de los mejores, que en Grecia recibía el nombre de aristocracia. Y en cuanto a lo de los toros, ni taurino ni antitaurino; simplemente los toros, que no las vacas, me dan miedo. Especialmente desde que me encontré a solas en Gredos con un morlaco avileño que me enfiló, y, si no salgo por piernas, allí mismo me cornea.

La vaca que yo más quiero

2 comentarios:

  1. Esto radica en "las palabras clave" o keywords
    Dicen los entendidos en informática y SEO, que las palabras clave o palabras gancho, son las que optimizan la frecuencia de la búsqueda y a veces nada que ver con el contenido o la intención del contenido.
    Por eso la audiencia en "toro" o en "republicano" ha encontrado una mina en la búsqueda y se refleja en las estadísticas.
    A los de a pié no nos preocupa más allá de la curiosidad que nos crea, pero a los que se ganan la vida con los blogs o las webs si, porque hay mucha gente que busca audiencia , teniendo publicidad muchas veces encubierta, para sacarse un dinerillo.
    Incluso hay una herramienta para webmasters que está en relación con las palabras claves:
    Google AdWords

    ¡cosas de Internet!
    Un abrazo amigo.

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  2. Ya me parecía a mí que había algo raro; eran una entradas muy simplonas, que sólo pretendían entretener… Pues hay otra más, sobre cómo hacer vídeos del iPhoto que también están entre los cuarenta principales, ja, ja, ja…
    Esto de Internet cada vez me sorprende más.
    El caso es que tengo otra mejor, de vídeos desde iMovie, que está ahí languideciendo. Dices bien, ¡cosas de Internet!
    Gracias por la información. Te sigo buscando, ¿”ónde” paras, buena amiga?

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