Veintitrés promesas en vano y una pretensión equivocada


Si hace años, cuando servidor se lo estaba barajando, llegan estas promesas, posiblemente hubiera dejado el asunto y se habría dedicado a otros menesteres. Pero tuve otra suerte, y no me llegaron promesas sino testimonios de personas sencillas y comprometidas, discretas y, también lo digo, por qué no habría de hacerlo, vestidas de otra manera.
Me han dado la comida los dos telediarios que he visionado; ambos lo han puesto en primera. Un video y unas frases entresacadas. Es la campaña para el día del Seminario. Encargo de la Conferencia Episcopal Española. Ya está en todas partes, de este lado y del otro del océano.
A los medios ha llegado. No sé si alcanzará a quienes en principio habrían de ser sus destinatarios. Si fuera así, debería alguien conceder un premio a quienes tuvieron la idea y la materializaron, a los que la encargaron y la pagaron, a quienes dieron su aprobación y ahora están tan satisfechos. En lo que presumo ese sería su único salario. Por el camino de ida han pegado una bofetada a demasiadas personas y a otras muchas las han puesto muy tristemente en el candelero. Que tengan cuidado en el camino de vuelta, puede haber más que palabras.
No me da la gana poner el vídeo. Está en cualquier rincón de Internet. Pasará de moda, y dejará de verse. O tal vez no, y esté yo equivocado.
Las palabras no pasan tan fácilmente. Aquí las tengo escritas, que yo soy más de leer que de visionar. La lectura exige atención y concentración. Anima a la reflexión y a la sintonía… Y en este caso a disentir.

¡Cuántas promesas te han hecho que no se han cumplido!


1. Yo no te prometo un gran sueldo, te prometo un trabajo fijo.
2. No te prometo que siempre sea como el primer día; te prometo que nunca te faltarán las fuerzas.
3. No te prometo que todos tus compañeros resistan; te prometo que se puede llegar hasta el final.
4. No te prometo personas importantes; te prometo personas que no saben cuánto valen.
5. No te prometo que vayan a hacer caso de lo que digas; te prometo que querrás repetirlo una y otra vez.
6. No te prometo la comprensión de los que te rodean; te prometo que sabrás que has hecho lo correcto.
7. No te prometo que te vayan a pedir ayuda; te prometo que te necesitarán.
8. No te prometo una decisión fácil; te prometo que nunca te arrepentirás.
9. No te prometo un trabajo perfecto; te prometo formar parte de un proyecto inolvidable.
10. No te prometo que siempre vayas a obtener resultados; te prometo que tu trabajo dará mucho fruto.
11. No te prometo que vayas a tener grandes lujos; te prometo que tu riqueza será eterna.
12. No te prometo que siempre vayas a poder ser valiente; te prometo que tu amor será más fuerte que el miedo.
13. No te prometo que puedas acabar con el dolor, el sufrimiento y la injusticia; te prometo que estés donde estés llevarás esperanza.
14. No te prometo el reconocimiento del mundo; te prometo una palabra eficaz.
15. No te prometo seguridades humanas; te prometo la certeza de que has sido elegido.
16. Y te prometo que alimentarás al mundo.
17. Unirás corazones.
18. Acompañarás a los que sufren.
19. Confirmarás a los que quieren ser fuertes.
20. Experimentarás con ellos la verdadera alegría.
21. Sumergirás a los hombres en la verdad.
22. Y serás sacerdote, testigo de Jesucristo.
23. No te prometo una vida de aventuras; te prometo una vida apasionante.

Desde aquel famoso “puedo prometer y prometo” que dijo quien entonces ocupaba la Presidencia del Gobierno de España no había vuelto a escuchar tanta promesa junta, ni siquiera en los mítines previos a las elecciones.
No conozco a estos “prometedores” personajes. Un hábito no es suficiente, para mí no. Y lo que prometen, además de no fascinarme, tampoco lo fundamentan. ¿En base a qué realizan su promesa?
Que me lo expliquen, por fa. O mejor no, sencillamente no me hace falta.

8 comentarios:

  1. Como siempre, lucidez y sensatez a partes iguales. Un abrazo.

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  2. Pues ayer me acordaba de ti cuando vi en las noticias y en la radio esta 'bonita' campaña, vendida como un producto más como cuando vas al super, y ahora están en oferta la vocación a sacerdote con la consiguiente propaganda publicitaria. Y me acordaba de ti y pensé, qué pensará Miguel Angel de esta campaña, y mira por dónde me has contestado con esta entrada.

    Un abrazo.

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  3. En efecto... como decía Cortés, el problema no es que los curas sean viejos, es que los que entran ya son viejos... ¡qué lejos queda la vocación de esta campaña!

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  4. Siempre admiré a los curas en general.
    Siempre pensé que había que tener muchas narices para ser cura y mantenerse como tal.
    Siempre comprendí el que algún cura no viviera o no intentara vivir como tal.
    Pero hoy "no me extraña en absoluto que haya más de uno fastidiado con la campaña de la Conferencia Episcopal sobre el Seminario". (la frase no es mía)
    Curioso: todas la promesas ofrecidas en el vídeo se distancian de las actuales pretensiones e ideales de nuestra sociedad.¿Es eso lo que molesta?

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  5. Carmen, gracias por la visita y por esas palabras. Son de agradecer. Un abrazo también para ti.


    Encarni, pues no pensaba expresar mi cabreo, pero ya ves, no me lo he podido aguantar. ¿No te habré sorprendido?


    Jesús, a lo que parece la vocación en estos tiempos llega por megafonía. Será para que nadie luego no diga que él no se había enterado. ;=)


    Alberto:
    También yo de pequeño imitaba a don Donino y a don Dionisio, los curas de mi pueblo, y con galletas y vino dulce jugaba a oficiar con 4 ó 5 años la misa. Pero mirándolos a ellos no pensaba que hiciera falta tener la nariz grande, aunque la mía te puedo asegurar que es de buen tamaño. Y a cuantos curas he conocido, todos han vivido santamente. Eso me ha parecido, al menos.
    Este vídeo que debe estar arrasando en los medios, no me parece legal. Nadie de carne y hueso puede hacer esas promesas. A mí nunca me las han hecho.
    Por el contrario a mí sí me han exigido prometer: obediencia a mi Ordinario, el Credo, pobreza y abrazar el celibato… También el rezo de las Horas.
    Lo que yo he experimentado en mi vida:
    1. "Ven y sígueme"
    2. "Las aves tienen nidos, y las zorras madrigueras; el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza"
    3. "Podrás beber el cáliz que yo he de beber"
    4. "Toma tu cruz y sígueme"
    5. "Apacienta mis ovejas"
    6. "No andes preocupado por la ropa ni por la comida; ahí tienes los lirios del campo… ahí tienes las aves del cielo…
    7. "Te espero en Galilea"
    8. "Ven y anuncia el Reino de Dios. A quien lo abrace, bautízalo en el nombre de Dios."
    9. “Haz tú lo mismo”.
    10. “No os dejaré solos… Estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos”.
    Como ves, Alberto, (porque eres el Alberto de otras veces, ¿verdad?) nadie me ha prometido nada. Pero estoy seguro que tengo una Presencia, ante la que me siento muy pequeño, muchísimo, que nunca se ha ausentado de mi vida. Y que confío que siga estando AHÍ.

    Salgo ahora mismo de la Eucaristía. El profeta Oseas acaba de recordarnos que no debemos llamar dios a la obra de nuestras manos, ni poner en su boca nuestras palabras. Dios dice de sí mismo «yo soy como un ciprés frondoso: de mí proceden tus frutos.¿Quién es el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda?».

    Entiendo que si de ti dependiera mi persona no habría recibido el ministerio que la Iglesia me encargó. Inexplicablemente un arzobispo me aceptó y me ordenó. Y ya voy por el tercero: José Delicado, Braulio Rodríguez y Ricardo Blázquez. A ellos no les causo escándalo y admiten, al parecer con agrado, mi humilde servicio. Si fuera de otra manera yo también lo admitiría de buen grado y me retiraría a mis cuarteles, de invierno o de entretiempo. Pero aquí estoy, hace ya treinta y siete años casi.

    No, no me gusta esa propaganda. No se pueden hacer promesas que no está en la mano poder cumplir. ¿O es que esas personas que hablan lo hacen en nombre de Dios? Pues entonces me parece a mí mucha arrogancia.

    Y ya sabes, Alberto, que siempre es un placer departir contigo, con modales.

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  6. Te prometo que nunca te arrepentirás... ¿Cómo se atreven a escribir eso? ¿Quién puede en su sano juicio y con un mínimo de decencia espiritual y moral prometer eso?

    Bueno, en el fondo da igual: tampoco creo que tengan cola a partir de mañana.

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  7. Así son estos de la Conferencia Episcopal, ¿es que a alguien con dos dedos de frente (ya quedamos pocos) le sorprende? Hacen lo mismito que su partido político de referencia, el PP, prometen las mil y una (otros también pero esperan un poquito más para no poder cumplirlo) e inmediatamente después, apenas un mes, lo incumplen todo y además a sabiendas de que lo que prometen es falso de toda falsedad y no se les cae la cara de vergüenza. Pues la Conferencia Episcopal es igual: ¿alguien se cree al monseñor Camino ese que cuenta esas cosas tremendas en las comparecencias públicas? y a don Rouco?. Son absolutamente trasparentes para mi, fariseos, y quienes les crean, allá ellos con las consecuencias: la que les espera cuando tengan que contárselo al de allá arriba.

    Lo tuyo sí convence querido Míguel, porque además lo has hecho real durante todo ese tiempo y quienes no vean la autenticidad de tu "ministerio" es que están ciegos de los ojos del corazón, que los tiene, ya está demostrado científicamente,

    Besos y a seguir mientras el cuerpo aguante.

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  8. Hola, Eastriver, gusto en darte la bienvenida.
    Acabo de dar una vuelta y hay cola en Youtube para ver el vídeo. De la otra, ya veremos.
    Anda que si aciertan…


    Julia, con esos besos y otros pocos más, claro que aguanta el cuerpo y hasta el alma.

    Besos

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