Se trata de D. Antonio Ángel Algora Hernando, nacido en La Vilueña, provincia de Zaragoza, el 2 de octubre de 1940, y actualmente obispo de la diócesis de Ciudad Real*.
Está en la red y se ha hecho de notar en todo tipo de periódicos online, blogs y demás lugares virtuales, desde que ha colocado en la página web del arzobispado esta carta que no tiene desperdicio.
A vueltas con la reforma laboral
No me toca a mí
juzgar de la conveniencia o no, en el aspecto técnico y jurídico, de una
Ley en un momento determinado en el que la sociedad entera está
amenazada por una Crisis global sin precedentes en la historia humana.
Los ciudadanos de la calle no tenemos elementos de juicio suficientes
para dar una opinión técnica en temas cada vez más complejos. En estos
momentos, nos hemos de fiar de las instituciones que deben entender de
problemas de tan gran magnitud. Por esto, les debemos exigir a dichas
instancias políticas, sindicales, empresariales, financieras y a los
distintos colectivos de expertos que actúen con responsabilidad y, si
siempre tenemos todos la obligación de construir el bien común,
anteponiéndolo a intereses particulares, ahora más que nunca corresponde
mayor obligación al que más puede.
Dicho esto, de lo
que sí estamos en condiciones de juzgar es de la bondad o maldad de una
Ley que rebaja claramente los derechos de los trabajadores respecto a
situaciones anteriores, y lo peor es que llevamos muchos años ya de
nuestra democracia donde siempre los perdedores en el concierto social,
repito, siempre, son los mismos y siempre los más débiles.
Nadie habla de
provisionalidad en las medidas que se están tomando, luego lo que se
quiere hacer es establecer un "mercado de trabajo" en el que los
empleadores hagan y deshagan a su antojo, olvidando que el "empleado"
posible es, ante todo y sobre todo, "persona" a la que otros han dado la
vida, la han educado, tiene necesidades básicas: familiares y sociales,
no es una mera fuerza de trabajo que se admite o despide
unilateralmente y durante un largo periodo de tiempo, pues, en un año de
provisionalidad en el empleo (esto es lo que dice la Ley), puede
ocurrir de todo, desde una gripe a un suceso familiar al que hay que
atender antes que a cualquier otra urgencia de la vida de la empresa.
Las personas no somos tan flexibles, tan elásticas, como nos quieren
hacer creer.
¿De verdad no hay
otras soluciones para crear puestos de trabajo? Parece mentira que a día
de hoy tengamos que echar mano de usos del pasado que trajeron tanta
injusticia y explotación a los trabajadores. Con estas medidas y sin
meterme a profeta, se van a conseguir los mismos frutos de un pretendido
bienestar, hasta es posible, pero no habremos avanzado nada en que el
trabajador se sienta realizado con su trabajo y le sirva para llevar una
vida estable y sin sobresaltos; que haga posible la familia, la
educación de los hijos, el tejido social compacto y fuerte que hace
personas y países fuertes para soportar las inclemencias de las
coyunturas históricas.
Y, si no queda más
remedio que aplicar hoy estas medidas, ¿no han de ser complementadas por
otras en las que lo central sea la vida de las personas? ¡Tantos
avances tecnológicos para esto! Da la impresión de que las sociedades
desarrolladas van a ser las que más poder concentren en menos manos y
esto no se corresponde con las aspiraciones de una sociedad democrática
avanzada. Los jefes políticos europeos toman sus medidas por vía de
urgencia sin apenas contar con los parlamentos respectivos; los poderes
financieros se están concentrando en muy pocas manos. No sé si es muy
descabellado pensar que, en el río revuelto de la Crisis, están pescando
los más poderosos sin contar con la opinión de la sociedad.
Elevemos nuestras
oraciones para que Dios nuestro Señor cuide de los más perjudicados de
esta malísima situación que ya cuenta en nuestra España con más de once
millones de pobres.
Vuestro obispo,
+ Antonio.
–––––––––––––––––––––––––––+ Antonio.
* Por cierto, Ciudad Real existe y es una provincia española, inmortalizada por Miguel de Cervantes y Saavedra en su genial y sin par Don Quijote. Está a una hora escasa de Madrid, Villa y Corte, en el ave, y a unas dos horas y media por caminos vecinales. Y si antes nadie se fijó en ella, vaya usted a saber por qué sería.
Te lo mandé desde el diario en el que lo leí, me gustó y me pareció una buena noticia que alguien de la jerarquía, oveja negra o no, diga algo tan obvio y tan sensato y que se alinee con quien "el jefe" dejó dicho que había que hacerlo. Bueno, algo es algo. Como contrapunto la tontá del Papa de ir a Cuba y pasarse por México como si no pasara o hubiera pasado algo muy gordo. ¿Cuándo explotará tanta ruindad y mendacidad en el seno de la ICAR?. ¡Qué mundo más sin sentido!
ResponderEliminar(hoy tengo el día pesimista)
Besos Míguel.