17 de Diciembre







 
CUANDO TU ME MANDAS QUE CANTE

Cuando Tú me mandas que cante
mi corazón tiembla de emoción y orgullo;
te miro, y mi pecho se ensancha.
Todo lo duro y agrio de mi vida
se derrite en no sé qué dulce melodía,
y me siento volar, libre y ligero, hacia tu regazo.

Cuando Tú me mandas que cante
yo canto con esa osadía que tienen los niños.
Y el canto me emborracha,
y en mi embriaguez me siento feliz
siendo lo que soy;
y te llamo amigo,
a ti que eres mi Señor

Cuando Tú me mandas que cante
me olvido de letras y melodías aprendidas.
Son los destellos de tu rostro
los que dirigen mi canto
dándole ritmo y mensaje de vida.

Y Tú aplaudes como si todo fuera mío;
y quieres que repita y repita la canción.
¡Siempre te encuentro mudo de asombro!

Cuando Tú me mandas que cante,
antes me has rendido y conquistado
cantando Tú.

Faustino Ulibarri, Al viento del Espíritu

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