Excusatio non petita, accusatio manifesta

 

Las personas que visitan este blog asiduamente habrán notado algo extraño durante la tarde/noche de hoy. Aparecieron veintisiete entradas en tan corto espacio de tiempo que parecían encadenadas; un rato más tarde no era fácil localizarlas dentro del blog.
Voy a intentar explicarme.
“Fui invitado a tomar parte de un blog comunitario. En el grupo inicial ya se conocían entre sí de tiempo atrás, y llevaban juntos el blog desde hace aproximadamente un año.
Quiso el destino que entrara para saludar a emejota, y me llegó de improviso una invitación para incorporarme. Digo yo que a modo de “bloguero invitado”. Y digo así porque cuando las cosas se torcieron –y a fe mía que aún ignoro cómo pudo ocurrir tal cosa– me vi sin más en la calle. Es decir, la puerta estaba cerrada y yo sin poder acceder a mis escritos.
Pero también la suerte ha querido que exista una cosa que se llama Reader, de Google, que memoriza todo cuanto pilla. Y así he pillado mis trabajillos.
No son gran cosa, pero son míos. Así que voy a recuperarlos y ponerlos aquí, sólo para que nadie me los birle. Aparecen con el rótulo en las etiquetas de “Sopa”.
He dicho.”
Este texto lo añadí a la primera entrada que copié. A continuación copi/pegué las veintiséis restantes. Aparecieron pues como publicadas aquí en la tarde del día 24 de octubre.
Tras la cena, pensé que de esa manera estaba recargando el poco tiempo de que disponemos los que estudiamos/trabajamos/blogueamos y además hacemos labores domésticas, y al mismo tiempo dando una impresión del blog que ni es la suya ni la que a mí me gusta. Y decidí volver a editarlas como “borrador” con su fecha original, contando que la primera fue realizada el 4 de septiembre. Hete aquí que cuando abrí el ordenador encontré que ya había comentarios. No podía ocultarlos. Y entonces las volví a publicar con sus fechas propias.
Es posible, pues, que a primera vista alguien que dejara un comentario, ahora no atine a encontrarlo. Habida cuenta de que estas entradas tienen poca chica, el asunto no es grave. Pero los comentarios se conservan, y con un poco de paciencia se encuentran.
Ya está dicho, accusatio manifesta. Perdóneseme, pues, el atrevimiento.

5 comentarios:

  1. jejejejeje¡ aclarado , dejé algún par de comentarios, cuando volví y vi la proliferacion de temas, pensé, nos vas a tener leyendo hasta la madrugada.
    Bueno lo importante es que hayas recuperado tus trabajos.
    Un abrazo.

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  2. Leo su blog, de vez en cuando. Como compartí Sopa con usted y de buen agrado, pienso que si hablamos de circunstancias, también hemos de decir, que lo de la "puerta en las narices" es un poco fuerte, ya que se envío un correo a to@s las personas que participábamos, que yo también recibí, pidiendo disculpas y explicando lo sucedido. Bien es el caso que ya que se empieza contando la historia negativa, de ese modo se menosprecia el resto.

    un Saludo


    Vainilla

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  3. Anna, lejos de mi intención distraeros y ocupar vuestro tiempo con bagatelas. Había otras opciones para tener a buen recaudo ese material, pero no lo pensé bien, me precipité y así salió la cosa.
    Me voy corriendo a Estambul. Tengo algo que hacer.

    Ya sabes que no te puedo abrazar, nos están mirando. Saluditos.


    Vainilla, pido perdón si he faltado a alguien, no es mi intención. "Puerta en las narices" creo que es una expresión suficiente y para nada ofensiva. El blog Sopa tiene propietari@s, y las entradas también. Las mías me fueron vetadas y hube de acceder a ellas por un atajo. El cierre podría haberse hecho de otra manera, pero así se hizo, y creo que el adjetivo "negativa" que usted añade a la historia no está ni en mis palabras ni en mi intención.

    Del menosprecio al resto, mucho menos.

    Ah, y bienvenido a este blog y agradecido por su comentario.

    Un saludo cordial

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  4. Ahhhhhhhhhhhh...vale. Pues ya está. Aclarado queda. A leer se ha dicho!!

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  5. Pues, ¡tolle et lege!, aunque esas entradas "sopa" estén aquí "desubicadas" y como a "contrapelo". En el fondo y en la forma, hablan de mí, no en balde son mías.

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