Aquel día tuvieron suerte, no hubo tormenta. Tampoco estaban en Cuatro Vientos

Al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos.
Al desembarcar vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
-«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer».
Jesús les replicó:
-«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».
Ellos le replicaron:
-«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».
Les dijo:
-«Traédmelos».
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.
(Evangelio de Mateo 14, 13-23)

5 comentarios:

  1. Hay quien no cree en los milagros. Pues hay Milagros, en la provincia de Burgos. Fíjate que cuenta Mateo que Jesús dijo "traédmelos" y que los partió y entonces los dio a repartir a los apóstoles. Después, cuando se saciaron, recogieron restos que, reunidos, eran mucho más que la cantidad original. Hay textos donde se cuentan fenómenos parecidos, como en El tercer ojo, de Lobsang Rampa. Y hay un teorema en matemáticas que dice que hay una forma de dividir el todo de manera que al reunirlo de nuevo el volumen resultante sea mayor que el original. Es el teorema de Banach y se refiere a la esfera. Yo no creo en los milagros en el sentido de que alguien puede obrar fenómenos imposibles. Sí estoy convencido de que hay gente que conoce los mecanismos para obrar procesos "milagrosos". En El tercer ojo se cuenta. Si no hubiéramos visto los efectos de la energía atómica, nadie podría creer que había tanta energía contenida en algo tan pequeño como el átomo, diríamos que es milagroso. Hasta que alguien encuentra la manera de liberarlo y, entonces, se convierte en un hecho científico. La teoría (comprobada en experimentos) de los quantos está llena de hechos "milagrosos". Yo no dudo de la palabra de Marcos. Sin embargo, no creo que relate un milagro, sino un "milagro". Si los racionalistas cartesianos no fuesen tan fanáticos de la razón ni los creyentes tan sectarios, estaríamos seguramente a otro nivel de conocimiento, haciendo todos "milagros". La verdad es que ya los hacemos sin darnos cuentan, sólo que es un hecho cotidiano y no le damos importancia.

    ResponderEliminar
  2. Una vez lei al respecto de la multiplicación de los panes y los peces - no sé si fue Jodorowsky-,lo siguiente.

    Jesús "tocó" las almas de los que allí estaban congregados y cuando los discípulos pasaron el cesto para que cogiesen lo que allí había, cada uno de ellos en lugar de coger, iba dejando una parte de lo que llevaba para sí , y claro que se hizo el milagro, el mas grande "tocó la conciencia de las personas allí reunidas, para compartir", comieron todos y sobro para mas gente.

    Después dio gracias en soledad porque había conectado a los hombres con su Padre, habían sentido la llamada de Dios Padre y se habían convertido en Hombres, hijos de Dios a su imagen y semejanza.

    Hermoso ¿verdad?, a mi me dejó fascinada, aquel que sea capaz de orientar y hacer surgir la parte amorosa que todos tenemos dentro y conecte con la fuente de la vida, es un bendito, porque hace benditos a los demás.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. “… me mantuve entonces consciente y estúpidamente al margen. Y así sigo” De esta manera se manifestaba este cura el día 15 pasado a propósito de su colaboración en las Jornadas Mundiales de la Juventud. Que uno haga estúpida su vida conscientemente no me parece mal (cada uno que haga con su vida lo que quiera), pero que el cura responsable de una parroquia se mantenga (según él mismo) estúpidamente al margen, y además conscientemente, frente a algo en lo que se ha comprometido es el colmo de la estupidez y contrario a lo que dicen hacía Jesús: “…Después, Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los doce…” Seguramente que este cura todavía no ha leído, ni menos aún rezado el Evangelio. No se ha enterado de que Cristo ni siempre para rezar o ni para predicar su doctrina se metía en su casa o en su parroquia, como dice hace este cura o gusta hacer.

    La siguiente estupidez es decir que “…así sigo”. Bueno, esto no es estúpido, es mala leche, quizás ¿maldad?. Dice que sigue al margen cuando en sus tres últimas escrituradas, lejos de permanecer al margen, se mete además cizañeando contra la Jornada Mundial de la Juventud y lo hace solapadamente e infamemente bajo el amparo de textos evangélicos.


    Dígale a su amigo, Juan Navarro, que no insulte a los racionalistas llamándoles fanáticos de la razón, ni a los creyentes sectarios. Aunque yo me encuentro entre los racionalistas o entre los creyentes, no voy a insultarle diciendo que es un fanático sectario del conocimiento ( o ¿del desconocimiento?). Sí voy a aconsejarle se dirija a algún buen psicólogo que le realice algún test de imbecilidad, para que en caso de que la tuviera pueda curarse. Y, después, explíquele a este señor que habla de verdad y de conocimiento qué se entiende por “milagro” , son fenómenos ¿posibles…?, ¿por quien…?.

    ResponderEliminar
  4. Estas cosas, estos pasajes del evangelio son los que me hacen pensar... y ver que no soy nadie...

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Sigue pensando y trabajando Miguel...verás que sí eres alguien, cada uno cuenta y es importante en esta vida. Entre todos se construye el Reino de Dios.

    ResponderEliminar