Ni todos los bomberos son macizorros,
ni todas las enfermeras están para comérselas.
Ni todas las artistas son unas provocativas,
ni todos los políticos están apoltronados.
Ni todas las vendedoras de hortalizas son unas verduleras,
ni todos los albañiles sueltan burradas desde los andamios.
Ni todos los mecánicos te chapucean el coche,
ni todas las estomatólogas te hacen sufrir inútilmente.
Ni todos los políticos son unos chorizos,
ni todas las funcionarias simulan que trabajan.
Ni todas las monjas te comen el coco,
ni todos los polis son el coco.
Ni todas las vecinas chismorrean,
ni todos los telediarios mienten.
Ni todos los titulados universitarios dan la talla,
ni todas las cabras tiran al monte.
Ni esta democracia está podrida,
ni todos los parados están parados.
Ni todas las juezas son justas,
ni todos los médicos curan.
Ni el que avisa deja de ser traidor,
ni la que más chilla lleva la razón.
Ni todos los curas son unos pervertidos,
ni todas las oeneges son lo que aparentan.
Ni todos los caminos llevan a alguna parte,
ni todas las barbas merecen estar a remojo.
Ni todas las que ladran muerden,
ni todos los que muerden saben ladrar.
Ni todas las gatas son unas melosas,
ni todos ratones son colorados.
Ni todos los leones son tan fieros,
ni todas las tortugas caminan tan despacio.
Ni todos los indignados han leído “Indignaos”,
ni todos los manifestados saben de qué va este asunto.
Ni todos los que se entusiasman han hecho hasta ahora algo interesante,
ni vendiendo todo el oro del vaticano se arreglaría esta crisis.
Ni todo el que se pica ajos come,
ni todo el que come ajos, lo hace a disgusto.
Ni todos los aldabonazos son inoportunos,
ni siempre se aprovechan las oportunidades.
Ni amanece más temprano por mucho madrugar,
ni es menos cierto que amanece, que no es poco.
Ni la cabeza tiene intenciones que el corazón ignora,
ni el corazón llora porque esté dentro de un cabeza hueca.
Ni sol es hoy lo que era entonces,
ni esto es mayo del 68.
Ni el que acampa en un bandolero,
ni los bandoleros campan a sus anchas.
Ni todo lo dicho tiene mucho sentido,
ni deja de tenerlo porque yo lo diga.
Moraleja:
Las generalizaciones son peligrosas, y meter en el mismo saco manzanas y peras puede inducir a error.
Desde el sábado, no puedo dejar de pensar que no me despedí de Camino como yo hubiera querido y que nunca le dije lo que quería decirle. Sé que a ella no le gustaban las despedidas, pero también sé que la libertad de expresión era una de sus debilidades, así que me lanzo a escribir unas líneas.
ResponderEliminarLa huella que deja Camino en todos los que tuvimos la suerte de conocerla es, imborrable, pero también muy particular para cada uno de nosotros. Y eso es porque ella tenía un arte especial para dedicar a cuantos conocía, de una forma individualizada, una parte de su tiempo, una parte de sí misma, y de regalar a cada uno de nosotros su energía positiva, su ímpetu arrollador y su pasión por la vida, muchas veces beligerante, pero siempre respetuoso con los defectos y afectos de cada uno.
No he conocido, ni conoceré, seguramente, a una persona con tal GENEROSIDAD, así, en mayúsculas: esa capacidad de dar si esperar recibir nada a cambio. Esto igual suena a tópico, pero es que realmente es algo que me sobrecogió cuando la conocí y ha seguido sobrecogiéndome todos estos años.
Creo que a todos nos ha trasmitido una pequeñísima parte de su sabiduría en el trato con la vida: su dedicación absoluta a las personas antes que a cualquier otra cosa, su intolerancia tolerante, la capacidad de decir lo que pensaba de la forma más cruda sin que nadie se ofendiera, su integridad sin límites y, por supuesto, su amor por la vida y la firme creencia de que es posible cambiar el mundo porque el ser humano es intrínsecamente bueno.
No pude despedirme de ella, pero sí quisiera decirle a su familia, con todo el cariño y el amor, que conocer a Camino ha supuesto para nosotros (y hablo en plural porque sé que muchas personas están deacuerdo conmigo) dar un giro en nuestra forma de pensar y de ver el mundo, que con ella se nos ha ido una de las mejores personas que he conocido y que nos deja a todos deberes pendientes: dedicarle más tiempo a las cosas importantes, ser más generosos, íntegros y tolerantes. Y trabajar duramente para conseguir un mundo mejor.
Sin ella el camino va a ser más duro, pero estoy convencida de que nos va a estar echando una mano para seguir, tal y como ha venido haciendo hasta ahora.
Seguimos adelante, como a ti te gustaría. Y te llevamos con nosotros.
Después de lo escrito por mi predecesora me cuesta hacer una broma con tu entrada de hoy, Míguel. Porque es cierto que ni,ni...y lo de las peras y manzanas en el mismo saco... pueden ir pero no pillo la sutileza de por qué "puede inducir a error".
ResponderEliminarLa gente se ha hartado de callar en silencio y ha salido al ágora pública para gritarlo a los cuatro vientos ¡ya era hora!. Yo mañana me uniré un rato a ellos y firmaré y el domingo votaré y lo haré al posibilismo pensando en la utopía...¿contradicción? quizá, pero también he aprendido a ser práctica, los años es lo que tienen... lo que no podré soportar es cuatro años más de peperos corruptos e incompetentes al frente de Madrid. He dicho
Besos