Este es el lema que utiliza Manos Unidas en su Campaña contra el Hambre de este año. Centra la atención en los millones de niños que mueren antes de tiempo por causas que ya están hace mucho erradicadas de entre nosotros: hambre, enfermedades… Escalofriante es el dato que aporta la organización solidaria: cada 3 segundos muere en el mundo un niño menor de 5 años. No es una invención, es real, suministrado por el Informe de mortalidad infantil 2010, de UNICEF.
La gente de mi parroquia es particularmente sensible a la llamada de la solidaridad, y cuantas veces se le ha pedido ayuda, ha respondido generosamente. Con Manos Unidas se ha portado siempre muy bien, y este año seguro que vuelve a hacerlo.
Enrique Barquín, de quien ya he hablado en este blog, ha contribuido con una obra de su perfil artístico. Se trata de este cuadro:
Mañana lucirá así en el templo, y, aunque no hacen faltan más razones que las del corazón, una imagen como ésta contribuirá a incitar a la generosidad una vez más. Estoy plenamente seguro.
Hace años que coincidimos todas las parroquias de este arciprestazgo en apoyar un mismo proyecto de Manos Unidas. Este año toca construir un ambulatorio médico en una zona selvática de un rincón lejano de la India, en Meghalaya, donde parece que se vive penosamente, a pesar de que estas imágenes resultan paradisíacas. Supongo que habrá también otras que sean mucho menos resultonas.
Umdag, la aldea o paraje donde se va a llevar el proyecto no figura en Internet, lo cual no quiere decir que no exista. No nos equivoquemos, pues, la realidad supera la ficción. Como por otra parte, no podía ser de otra manera.
Excelente entrada! En mi parroquia también estamos en ello. Mañana, quisiera introducir el tema a los niñ@s de mi clase en catequesis, nos encontramos cada lunes, para que tengan esa percepción de solidaridad, y permitirme la osadía de darles la opción de aportar su granito de arena. Lo que gastarían en chuerias esa semana, que lo aporten junto conmigo, lo que gastaría en el café de cada día. Es sumamente importante poder crear un vínculo de humildad, solidaridad y justicia desde pequeños. Cada día estoy más contenta de poder contribuir en mi pequeña parroquia.
ResponderEliminarEl cuadro es impactante! Su obra en la parroquia creo que es admirable, pues no en todas las parroquias hay un guia espiritual tan generoso en todas las causas. Besos.
Pues en mi arcipreztazgo, con lo que se recaude se va a financiar un proyecto en una de las zonas devastadas de Haití: Saneamiento y construcción de letrinas. Todos éstos proyectos que Manos Unidas ayuda a construir por esos mundos de Dios, ¿acaso no son como el grano de mostaza que, creciendo, se convierte en un arbol capaz de acoger nidos en sus ramas?... pues así es la Iglesia, aunque parezca vieja y gruñona.
ResponderEliminarUn abrazo.