¿Te rindes?, preguntaba uno a otro, teniéndole debajo de él contra el suelo y bien sujeto. La pregunta se repetía una y otra vez, chillando o susurrando, al oído o al aire, hasta que el aludido claudicaba y, según sufriera o no, también susurraba o gritaba: ¡Me rindo!
Así eran algunos de nuestros juegos de chiquillos. Ganar o perder, vencer o rendirse, derrotar o ceder. Aunque la mayoría de las veces no llegaba la sangre al río ni las lágrimas al pañuelo, el amor propio sí se resentía siquiera una miaja. Pero a la vuelta de la esquina volvíamos a las peleas y al juego de dominar o ser dominado.
Claro, esto era entre chicos, que hemos sido muy brutotes de pequeños; con las chicas no sé qué pasaría, aunque si hubiera ocurrido de modo semejante, tampoco habría pasado nada.
Conforme hemos ido creciendo, nuestras batallas se han mantenido bajo otra forma, quizás más sutil, pero igualmente agresiva. Los raspones ya no aparecen en la ropa o en las rodillas, pero se perciben en el alma. Y dejan más secuelas éstos que aquellos.
Así vamos trampeando por la vida, ganando o perdiendo, superando obstáculos o arrastrándonos bajo su peso.
Había también, y sigue habiéndolo, quien de ninguna manera cedía; sólo el cansancio de quien sometía terminaba la pelea antes de oír en ansiado ¡me rindo! Alguno conocí yo que antes habría preferido morirse o dejarse matar que reconocer su derrota. Ese tesón, esa gallardía, realmente no conducía a ninguna parte, salvo a dejar intacto el honor, el propio orgullo.
Acaba este año que más que año ha parecido década. ¡Qué largo ha sido! Ha destruido a más de uno. No termina bien, quiá, nada bien. Nuestra lucha contra él ha decretado nuestra derrota, él ha podido más que todos nosotros. Aplastados contra el suelo, totalmente inmovilizados, nos apremia una y otra vez ¡Ríndete! ¡Rendíos!
Como no tenemos nada que perder, tampoco que ganar, ya de perdidos… al río.
Gritad con todas vuestras ganas: ¡No me rindo! ¡No nos da la gana! ¡No puedes con todos nosotros!
El año que llega mañana no sabemos cómo será y qué nos deparará. Pero una cosa pienso yo: si nos encuentra derrotados, nos va a terminar de comer. Será mejor que le recibamos en otro plan, con un ánimo diferente; que nos encuentre como aquel chaval que ni por ésas se dejaba someter aunque no pudiera hacer nada por desprenderse del abrazo dominante: dispuestos a partirnos el pecho y la cara si fuera necesario.
No te rindas
Mario Benedetti
No te rindas, aun estás a tiempode alcanzar y comenzar de nuevo,aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,continuar el viaje,perseguir tus sueños,destrabar el tiempo,correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,aunque el frío queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se esconda y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,porque no hay heridas que no cure el tiempo,abrir las puertas quitar los cerrojos,abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,recuperar la risa, ensayar el canto,bajar la guardia y extender las manos,desplegar las alas e intentar de nuevo,celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas,aunque el frío queme,aunque el miedo muerda,aunque el sol se ponga y se calle el viento,aun hay fuego en tu alma,aun hay vida en tus sueños,porque cada día es un comienzo,porque esta es la hora y el mejor momento,porque no estas sola,porque yo te quiero.
No te rindas
Alex Ubago
Palabras para Julia
José Agustín Goytisolo
Tú no puedes volver atrásporque la vida ya te empujacomo un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivircon la alegría de los hombresque llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorraladate sentirás perdida o solatal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te diránque la vida no tiene objetoque es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdatede lo que un día yo escribípensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya veráscomo a pesar de los pesarestendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujerasí tomados, de uno en unoson como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ticuando te escribo estas palabraspienso también en otra gente.
Tu destino está en los demástu futuro es tu propia vidatu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistasque les ayude tu alegríatu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdatede lo que un día yo escribípensando en ticomo ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartesjunto al camino, nunca digasno puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú veráscomo a pesar de los pesarestendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay eleccióny este mundo tal como esserá todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirtenada más pero tú comprendeque yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdatede lo que un día yo escribípensando en ti como ahora pienso.
"Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, te rindas". Esta frase, atribuida a Sir Winston Leonard Spencer Churchill, bien puede ser nuestro convencimiento cuando demos la bienvenida al que está a punto de llegar, para que se vaya enterando de la fiesta y no se haga ilusiones con nosotros, pensando que somos pan comido.
¡Feliz año nuevo!
...soportaré, los golpes y jamás me rendiré, y aunque los vientos de la vida soplen fuerte, soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie...
ResponderEliminarFELIZ AÑO NUEVO.
Feliz año, Miguel Ángel. Y no nos rendiremos, o sea, como decían les Luthiers, de victoria en victoria hasta la derrota final. En fin, la imagen de los niños peleando me ha parecido preciosa y evocadora. Las niñas no éramos tan competitivas, al menos en eso; ya sabes, antes muertas que sencillas. Y de los poemas... te diré que me encantan los dos, pero Palabras para Julia es uno de mis preferidos. Un abrazo
ResponderEliminarFelicidades siempre, en todas las direcciones. Lo mejor para el futuro de quien no olvida a los amigos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarA l@s que aquí venimos es posible que el desaliento sólo nos roce de vez en cuando y tengamos la capacidad de resistir, de remontar, de no aceptar que no se puede hacer nada, de luchar... pero ¡a cuánt@s les está tumbando la situación en el mundo!. Hasta cuándo seremos capaces de aguantar, de resistir sin gritar bien fuerte a los "mercados" ¡basta ya de tiranía!. Se liará una buena como sigan por ahí, esto no puede durar mucho más...
ResponderEliminarLos poemas son una maravilla, Mario Benedetti sabía de lo que hablaba y Goytisolo también, por eso sus palabras calan hasta lo hondo ¿verdad?.
Feliz año 2011 para tod@s
Besos