Viviendo, que es gerundio

En el día de todos los difuntos, una vez visitados los camposantos y realizados los gestos que nos han parecido adecuados para expresar que mantenemos en la memoria a quienes tanto nos han importado, inmersos de nuevo en el ritmo de trabajo y en las cosas normales que en definitiva somos porque las hacemos, y las hacemos como las hacemos porque somos como somos, y también como nos vamos haciendo a nosotros mismos… me dispongo a escribir algo y me fijo ya el título.

Antes de continuar, visito la red y descubro que ya está en uso, alguien se me ha adelantado y lo ha puesto en un artículo. Lo leo y me peta. Le pido permiso para copiarlo aquí y hablar yo luego, sin estropeárselo, pero expresándome a mi modo. Como el tal permiso no me llega, al menos por ahora, decido no usarlo, pero sí tenerlo en cuenta.

Visitadlo si os parece, es esto: Viviendo, que es gerundio

Ulysshes, que así se llama, habla de su experiencia, de que vivir es muy corto, de que siempre se está aprendiendo y de que no hay que dejarlo de hacer nunca, a pesar de todos los pesares. Dice otras muchas cosas interesantes. Y termina con una frase de John Lennon: La vida es aquello que nos sucede mientras la planeamos”, para rematar él mismo con estas palabras: «Por eso, no sueño mi vida e intento vivir mis sueños y ahí estamos, viviendo, que es gerundio.»
 
Y yo voy y doy un paso, pero no solo, que voy de la mano, como el niño pequeño que aún soy, de quien me asegura que esté tranquilo, que confíe, que él sabe muy bien lo que hay que hacer, que me irá conduciendo suavemente. Y me dejo llevar, porque no sé hacer otra cosa, porque quiero hacerlo en definitiva.

Y, reconociendo cuanto dice Ulysshes en su blog como verdadero porque lo percibo así en mi experiencia de cada día, he de añadir que alguien se tomó la molestia antes que yo de soñarme, y en sus sueños empecé a existir de modo que no llego a comprender, pero que percibo que es real. Y que del mismo modo ese sueño ajeno a mí me sigue manteniendo, y de él me alimento, viviéndome.

Y si todo esto lo hizo sin contar conmigo, no hará el resto a mis espaldas. Más bien creo yo que me dejará hacer, permitirá que me equivoque, que vaya aprendiendo, que tome de aquí y de allá cuanto vea de provechoso y gratificante, levantádome tras el tropezón, aupándome si el banzo es demasiado alto para mis posibilidades, poniendo su mano fuerte en las bajadas dificultosas, y recogiendo mis restos cuando sin mirar me de de bruces y me estampane contra cualquier muro.

Ese que yo llamo Dios de viv@s, es el que Jesús descubrió como Abba amable y cariñoso, que no consiente de ninguna manera que se le mueran sus hij@s. Que, cuando nosotros l@s lloramos porque l@s hemos perdido en esta tierra, Él l@s contempla llen@s de vida porque l@s ha acogido en su amor  maternal de Padre.

Pero como esto no me lo prueba la experiencia, como nunca he tenido la dicha de verlo así tal cual, no levanto la voz, no lo grito; sólo y apenas lo susurro, y, a modo de plegaria, oso decir muy suavecito: "Dios mío, en Ti confío. No quede yo defraudado".

Y ya, terminando, manifiesto que este día de noviembre está de más, que el 2 habría que emplearlo de otra manera, por ejemplo, y es una simple sugerencia, viviendo, en gerundio, por supuesto.

3 comentarios:

  1. Si, se vive mejor viendo el vaso medio lleno en lugar de medio vacío. UFA.

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  2. Me gusta Mafalda, de siempre, gracias por ponerla ahí dirigiendo el cotarro. No diré más, pa' no molestar mire usté

    Besos

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  3. ¡Cómo lo sabes, emejota! Todavía queda la mitad por beber, ¿parecerá poco? TBO


    Nunca molestas, Julia, ya lo sabes. A mí también me gusta. Y la cuadratura de Manolito me resulta enternecedora. Lo malo es que representa a una realidad nada tierna. Besos

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