Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,
ser comprendido, cuanto comprender,
ser amado, cuanto amar.
Porque es dándose como se recibe,
es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado,
es muriendo como se resucita a la vida eterna.
San Francisco de Asís
…comerciante, deseoso de ser caballero, cristiano reciclado, peregrino itinerante, iniciador de una fraternidad de hermanos menores (de la que conservó sólo el título de hermano), muerto como deseaba entre sus hermanos el 3 de octubre de 1226 con 44 años de edad. Canonizado por el papa Gregorio IX dos años después.
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
a Ti sólo la alabanza, la gloria, el honor y toda bendición,
A Ti sólo, Altísimo, te corresponden,
y ningún hombre es digno de mencionarte.
Palabras tuyas, Francisco, del inicio de una oración de alabanza, quizás la más famosa, el Cántico del Hermano Sol. Te empeñabas en resaltar siempre el Sujeto de tus alabanzas. Siempre el mismo: el Señor. De Él, que es "el Bien, todo el Bien, el sumo Bien, todo Bien", viene todo. Desaparece el yo o mejor se reencuentra en tanta sinfonía de Bien. Una infinita Bendición que desciende sobre nosotros y a Él es restituida con palabras bendecidoras y acciones concretas.
Con estas palabras tuyas, bendecimos también nosotros al Señor por tu vida, vivida según el Evangelio: "Altísimo, omnipotente, buen Señor, loado seas por el hermano Francisco de Asís, porque su vida continúa hablándonos de Ti. Y nos encamina hacia Ti", con las actitudes que prefería: la alabanza, el servicio alegre y humilde a todo ser humano.
"Alabad y bendecid a mi Señor y dadle gracias
y servidle con gran humildad"
…comerciante, deseoso de ser caballero, cristiano reciclado, peregrino itinerante, iniciador de una fraternidad de hermanos menores (de la que conservó sólo el título de hermano), muerto como deseaba entre sus hermanos el 3 de octubre de 1226 con 44 años de edad. Canonizado por el papa Gregorio IX dos años después.
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
a Ti sólo la alabanza, la gloria, el honor y toda bendición,
A Ti sólo, Altísimo, te corresponden,
y ningún hombre es digno de mencionarte.
Palabras tuyas, Francisco, del inicio de una oración de alabanza, quizás la más famosa, el Cántico del Hermano Sol. Te empeñabas en resaltar siempre el Sujeto de tus alabanzas. Siempre el mismo: el Señor. De Él, que es "el Bien, todo el Bien, el sumo Bien, todo Bien", viene todo. Desaparece el yo o mejor se reencuentra en tanta sinfonía de Bien. Una infinita Bendición que desciende sobre nosotros y a Él es restituida con palabras bendecidoras y acciones concretas.
Con estas palabras tuyas, bendecimos también nosotros al Señor por tu vida, vivida según el Evangelio: "Altísimo, omnipotente, buen Señor, loado seas por el hermano Francisco de Asís, porque su vida continúa hablándonos de Ti. Y nos encamina hacia Ti", con las actitudes que prefería: la alabanza, el servicio alegre y humilde a todo ser humano.
"Alabad y bendecid a mi Señor y dadle gracias
y servidle con gran humildad"
Preciosas palabras; bella imagen.
ResponderEliminarHoy de haber vivido hubiera sido el santo de mi padre(Paco)...con tus bellas palabras elevo mi recuerdo a el.
ResponderEliminarCon esta musiquita se lee relajado y en paz en esta casa...¿da gusto venir!...
"El mínimo y dulce Francisco de Asís, está con un rudo y torvo animal", decía Rubén Darío.
ResponderEliminarEsa es la iglesia que yo comprendo: la humilde y amante de hombres , animales y naturaleza.
Hermosas palabras, pero difíciles de pronunciar para cualquier hombre, pues la palabra obliga, y en los tiempos que corren, esa entrega de la que habla San Francisco de Asís no es nada fácil, aún creyendo en su certeza.
ResponderEliminarP.D.(¡Qué grande está el cedro de la parroquia¡)
¡¡Que así sea!!, ¡bendito y alabado!!.
ResponderEliminarHe leído la oración y estoy escuchando la canción. Me parece ambas cosas estupendas.
ResponderEliminarComo el "prota" es el pequeñuelo de Francisco, yo sólo os saludo y os agradezco la visita y las palabras.
ResponderEliminarEnormes sentimientos y fuerza emocional la de este hombre. El gran sufrimiento y dolor, por los motivos que fueran, de su infancia le curtieron.
ResponderEliminar¿Llegó la película a España? La vi en inglés en los años ochenta. La música y la letra de Donovan me pareció grandiosa al pertenecer a mi cultura, además es la banda sonora de la peli, que me parece recordar tenía grabada en un antiguo video beta.
A ver si consigo encontrarla, lo malo es que el aparatejo ya no tuvo arreglo por mas que intenté.
En fin y al cabo el Sol y la Luna, factores básicos de la vida en la tierra y aquel hombre lo sentía.
La película hacía hincapié en el amor tierno y puro que se profesaban Clara, creo que se llamaba Clara y él.