Es Navidad

El pueblo que caminaba en tinieblas
vio una luz grande;
habitaban tierra de sombras,
y una luz les brilló.
Acreciste la alegría,
aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia,
como gozan al segar,
como se alegran
al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor,
y el yugo de su carga,
el bastón de su hombro,
los quebrantaste como el día de Madián.
Porque un niño nos ha nacido,
un hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado,
y es su nombre:
«Maravilla de Consejero,
Dios guerrero,
Padre perpetuo,
Príncipe de la paz».
Para dilatar el principado,
con una paz sin límites,
sobre el trono de David
y sobre su reino.
Para sostenerlo y consolidarlo
con la justicia y el derecho,
desde ahora y por siempre.
El celo del Señor lo realizará. (Poema del Profeta Isaías 9, 1-3.5-6)







Pregón de Navidad

Hermanos y hermanas:
Escuchad esta Buena Noticia.
Miles de millones de años han pasado
desde que empezó a existir la tierra
separada del sol.
Más de mil millones desde que en esta tierra,
como consecuencia de una maravillosa evolución,
surgió la vida.
Millones de años desde que en las cavernas
surgieron los primeros humanos, de pie,
prestos a luchar por la vida,
con el Espíritu de Dios que desde los orígenes
planeaba sobre las aguas del primer caos.
Dos mil años hacía que Abraham, el padre de los creyentes,
obedeciendo la llamada de Dios,
partió hacia una tierra desconocida,
para dar origen al pueblo elegido,
el heredero de las promesas.
Mil años que David, un pastor sencillo
que guardaba los rebaños de su padre Jesé,
fue ungido por el profeta Samuel
para ser el gran rey de Israel.
Hacía siglos que el pueblo judío esperaba al Salvador,
al Mesías, anunciado por los profetas,
el que les iba a liberar de toda opresión,
el que iba a establecer un nuevo orden de paz y justicia,
de amor y libertad.
Y por fin, en la Olimpiada 94,
en el año 752 de la fundación de Roma,
en el año 42 del reinado del Emperador Augusto,
hace ahora 2008 años,
en Belén de Judá, un pueblo humilde de Israel,
ocupado por los romanos,
en un establo, porque no había lugar en la posada,
nació el hijo de María, esposa de José.


    De parte de Pablo, felices fiestas
    Por Dolores Aleixandre
En su tiempo no se habían inventado los nacimientos, ni los crismas, ni la misa del gallo, ni los regalos de empresa, ni los valores tradicionales de la Navidad y, además, a él no se le daba bien, como a Lucas o a Mateo, lo de escribir relatos sobre la infancia. Pero llevaba el nombre de Jesús tatuado a fuego en su corazón y las cosas que decía de él son un vendaval que nos arrastra con su fuerza en Navidad:
“… Envió Dios a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley” (Gal 4,4). Sin nimbo dorado, dignidades, poderes o títulos sacrales. Desprovisto de influencias, de respaldos y de estudios superiores pero experto en amparar y dar cobijo a las vidas maltrechas de tantos hombres y mujeres. Sometido a la precariedad, al calor y al frío, al cansancio, al sudor y al sueño. Sujeto a la vecindad de nuestras contradicciones, a lo imprevisible de nuestras reacciones, a lo intermitente de nuestros compromisos. Vulnerable ante la descalificación y la censura. Traído y llevado por los vaivenes de la economía y las regularizaciones de empleo, obligado a emigrar como tantos otros; expuesto a cualquier saqueo, usura o expolio.
“… Apareciendo en todo como un hombre cualquiera, tomó la condición de esclavo” (Fil 2,7). Nadie le llamará nunca “Eminencia”, “Santidad” o “Ilustrísima”. Domiciliado del otro lado de la valla, mezclado con los que no pueden ocultarse de los radares anti-patera, afectado junto a tantos otros por los expedientes de crisis, las deslocalizaciones de capitales, las regulaciones de empleo, el Euribor y el Ibex 35. Haciendo cola como uno más en el centro de salud; volviendo a casa de madrugada después de haber echado siete horas limpiando oficinas; vendiendo La Farola bajo la lluvia o durmiendo en un sofá en el pasillo de un piso compartido con otras 13 personas y un solo baño.
“… Siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (2Cor 8,9). Tercamente empeñado en que desaprendamos nuestro viejo lenguaje de siempre, atrapado por las apariencias de las cosas, para adentrarnos en esa manera de hablar suya, en la que casi nada coincide con lo que nosotros pensamos y que a todo le da la vuelta, poniendo lo de arriba abajo y lo de abajo, arriba. Inaugurando ese galimatías al que tanto nos resistimos de que la pobreza enriquece, las pérdidas son ganancias, los insignificantes resultan ser los que importan y los que de verdad tienen suerte no son los que enseñan sus casas fastuosas en las revistas del corazón, con cara de que a ellos esto de la crisis ni fu ni fa.
“… Olvidando lo que dejo atrás, continúo mi carrera por si consigo alcanzar a aquel por quien he sido alcanzado” (Fil 3,12). No viene a establecer principios, imponer normas, proclamar dogmas o corregir errores. Viene a alcanzarnos allí donde estamos y a abrazar nuestras heridas, viene a contarnos historias de pastores que buscan y de hijos que vuelven a casa. Viene a querernos tal como somos y a ponerse a nuestro lado para llevarnos más allá de donde estamos, hacia esa vida buena y abundante de la que afirma poseer el secreto. Nace a la intemperie para que ninguna puerta cerrada le separe de nosotros y para que todos nuestros miedos se disuelvan en contacto con su carne frágil de niño. Va a morir fuera de los muros de la ciudad y desde entonces todas las periferias guardan la huella de su presencia de Resucitado.
Estáis llamados a la comunión de vida con él” (1 Cor 1,9), afirma Pablo con rotundidad. Navidad es el mejor punto de salida para emprender de nuevo nuestra carrera, por ver si llegamos a alcanzarle.
(Sin permiso de la revista Alandar, donde se ha publicado en el mes de diciembre de 2008)



Un nombre para recordar: Shirin Ebadi

5 comentarios:

  1. FELIZ NAVIDAD!!!

    Acabo de llegar de la Misa del Gallo :-))

    Qué buen post!! Qué bonito el canto gregoriano y... me has hecho reír con lo de "sin permiso de la revista..." ;-)

    Bona nit, que es tarde y hay que levantarse pronto para ir a Barcelona a celebrar el Dinar de Nadal (la comida de Navidad) con mi madre, hermanos y sobrinos (mi padre también estará, pero desde el Cielo) :-))

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  2. Hemos llegado, pero no al final del camino sino al inicio de una etapa nueva, a la que nos conduces con especial maestría y autoridad reconocida. Feliz Navidad y fortuna a raudales. Sabía que era Castromocho el pueblo de la imagen desde Autilla, con la cordillera al fondo. Un referente ante la vista, que te dedico con mucho afecto.

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  3. Buenos días, Miguel Ángel. Feliz Navidad, amigo. Me imagino que estará tu pueblo invernal, quizás nevado, y que tú anoche dijiste tu misa del Gallo, que es tan bonita y alegre. He oído la música que nos dejas y me ha gustado mucho. Tengo unos amigos muy queridos en la Schola Gregoriana de Murcia, cantan de maravilla. Me gusta escucharlos cuando actúan y no suelo perderme sus conciertos. El gusto por la música antigua es una de mis pocas rarezas. Yo cené con mi madre, viuda desde hace un año, que aún llora a mi viejo, al que conoció con trece años y con el que estuvo entre novia y casada más de sesenta años. Tres sobrinos nos animaron la velada con su juventud y alegría, pero fue una noche agridulce. Un abrazo y seguimos leyéndonos, riéndonos, reflexonando, gozando de los pequeños presentes que por este medio nos hacemos personas que de otro modo nunca hubiéramos podido conocer.

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  4. Assumpta: Es lo que tiene la misa del gallo, que te tiras cantando villancicos con tu gente hasta las tantas y luego viene paco con la rebaja, o séase la resaca. Pero, con sueño y cansancio, en Navidad merece la pena ir a donde sea para juntarse con los que más queremos. Seguro que habéis disfrutado en la gran ciudad.
    Por cierto, la música la elegí pensado en ti.

    Fernando: En efecto, así lo veo, y así debe ser. Navidad no es ningún final, es un camino… que empieza de nuevo, y es menester encontrar desde donde y con quienes merece la pena buscar y encontrar los mojones que lo jalonan, o inventárselos entre todos y todas, que de esto yo creo que no hay nadie que sepa lo suficiente como para enseñar a otros, y de esta guisa somos caminantes a la vez que hacedores de caminos, como ya cantó el poeta…, que de eso usted, sabe mucho, sí señor. Y gracias por acordarte de mi pueblo, que es tan poca cosa que hay que subirse al mirador de Autilla para descubrirlo en esa planicie pelada de Campos.

    Clares: Desconocía que te gustara el canto gregoriano. Durante una parte de mi vida llegué, si no a odiarlo, si a no quererlo; teníamos que ensayarlo para que saliera adecuadamente, y el “jefe” nos hacía repetir una y otra vez las antífonas y los versos hasta que salían vaya.
    Nochebuena suena a agridulce casi siempre, porque no hay manera de conseguir no echar en falta a…, siempre falta algo o alguien… Y un año es poco tiempo para olvidar o hacer dormir toda una vida. Mis padres han muerto hace más de tres años y medio y todavía siguen estando…

    Por supuesto seguiremos en Internet, que es un buen sitio para hacer amigas y amigos, y… en eso estamos ¿no es verdad?

    En cuanto encuentre tiempo libre me pongo a leer tus escritos… Pero la cocina no, que yo soy muy escueto y voy a lo concreto: todo a base de olla rápida y horno también rápido. Y el resto, fruta, verdura y demás, todo crudo.

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  5. Qué impresionante. El tío de Augusto, Julio César, fue el militar más emblemático de la República romana y el fundador del Imperio Romano y fue sucedido por el emperador más exitoso de todo el imperio romano, su sobrino Augusto.

    Ahora me pregunto ¿Hasta qué punto, el éxito de Augusto César es producto metafísico del nacimiento de un bebé hijo de artesanos en un aprisco para animales en un perdido pueblo a orillas del desierto de Judea?...Para pensarlo ¿Verdad?

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