Entran l@s pequeñ@s con sus chupetes, fotos, patucos, cosas envueltas… Van a ver cómo crecen ell@s y los demás.
Empezamos cantando ¡Qué bonito es crecer! y algun@ casi se quedó afónic@, qué potencia, qué gargantas, qué renacuajos…
L@s dejo corriendo, mientras las catequistas preparan los tiestos que previamente yo les había dejado y las semillas de cereales y legumbres.
Ellas ya traían algo plantado y germinado, para que la cosa fuera completa.
. . . . . . . . . . . . . .
Paso con l@s mayor@s, que vieron la creación el día anterior y hoy van a descubrir… que en el bien está el mal, Caín se levanta contra Abel… la creación bondadosa se transforma en algo horrendo?, pecaminoso?
Cantamos ¡Qué bien, qué mal! y nos confundimos al respondernos:
Si cantas tú, qué bien
Si lloras tú, qué mal
Si amas tú, que bien
Si pegas tú, qué bien (que no, que es qué mal, ah, sí…)
Pero al terminar sale de corrido:
Si rezas tú, qué bien
Si está Jesús, qué bien
Si es que son como niñ@s, una preciosidad de criaturas.
- - - - - - - - - - - - - -
Y termina la cosa con l@s median@s, o sea l@s que no son pequeñ@s ni mayor@s, pero igualmente que ést@s, una ricura.
Han trabajado un corazón en cartulina. Representa su propio corazón, en colores claro, que deben adornar y rellenar con los buenos deseos y cosas que no les gustan y se proponen arrancar.
Entran en la capilla, o templo, o iglesia, que de ello vamos a hablar.
Y hablamos de la Iglesia, que son ell@s y somos tod@s, l@s de ahora, l@s de antes, l@s de después, vamos tod@s l@s amig@s de Jesús: l@s cristian@s.
Y hablamos de la iglesia, que es un edificio de piedra, ladrillo y cemento, y claro bancos para sentarnos.
Y l@s hacemos ver que lo importante no son los edificios sino las personas, o sea l@s cristian@s, que somos nosotr@s mism@s templos de Dios, que el Espíritu nos habita.
Ell@s se quedan callad@s, y asienten en cuanto que no entienden.
Pero sí entienden que el corazón es importante por la sangre que bombea para dar vida, y por los sentimientos que animan y dan forma y sentido a la vida, que también por las maldades que desaniman y deforman y dejan sin sentido la vida.
Y van, jubilos@s, a entregar ese corazón a su amigo Jesús. Algun@, tímidamente, susurra: toma Jesús mi corazón.
Y terminamos orando a Abba: Padre nuestro…
Y salimos, y los papás y mamás impacientes porque nos hemos pasado y son las 19:10.
L@s catequist@s ponemos cara de circunstancias… Otro día seremos puntuales y a las 19:00 plegamos.
Empezamos cantando ¡Qué bonito es crecer! y algun@ casi se quedó afónic@, qué potencia, qué gargantas, qué renacuajos…
L@s dejo corriendo, mientras las catequistas preparan los tiestos que previamente yo les había dejado y las semillas de cereales y legumbres.
Ellas ya traían algo plantado y germinado, para que la cosa fuera completa.
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Paso con l@s mayor@s, que vieron la creación el día anterior y hoy van a descubrir… que en el bien está el mal, Caín se levanta contra Abel… la creación bondadosa se transforma en algo horrendo?, pecaminoso?
Cantamos ¡Qué bien, qué mal! y nos confundimos al respondernos:
Si cantas tú, qué bien
Si lloras tú, qué mal
Si amas tú, que bien
Si pegas tú, qué bien (que no, que es qué mal, ah, sí…)
Pero al terminar sale de corrido:
Si rezas tú, qué bien
Si está Jesús, qué bien
Si es que son como niñ@s, una preciosidad de criaturas.
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Y termina la cosa con l@s median@s, o sea l@s que no son pequeñ@s ni mayor@s, pero igualmente que ést@s, una ricura.
Han trabajado un corazón en cartulina. Representa su propio corazón, en colores claro, que deben adornar y rellenar con los buenos deseos y cosas que no les gustan y se proponen arrancar.
Entran en la capilla, o templo, o iglesia, que de ello vamos a hablar.
Y hablamos de la Iglesia, que son ell@s y somos tod@s, l@s de ahora, l@s de antes, l@s de después, vamos tod@s l@s amig@s de Jesús: l@s cristian@s.
Y hablamos de la iglesia, que es un edificio de piedra, ladrillo y cemento, y claro bancos para sentarnos.
Y l@s hacemos ver que lo importante no son los edificios sino las personas, o sea l@s cristian@s, que somos nosotr@s mism@s templos de Dios, que el Espíritu nos habita.
Ell@s se quedan callad@s, y asienten en cuanto que no entienden.
Pero sí entienden que el corazón es importante por la sangre que bombea para dar vida, y por los sentimientos que animan y dan forma y sentido a la vida, que también por las maldades que desaniman y deforman y dejan sin sentido la vida.
Y van, jubilos@s, a entregar ese corazón a su amigo Jesús. Algun@, tímidamente, susurra: toma Jesús mi corazón.
Y terminamos orando a Abba: Padre nuestro…
Y salimos, y los papás y mamás impacientes porque nos hemos pasado y son las 19:10.
L@s catequist@s ponemos cara de circunstancias… Otro día seremos puntuales y a las 19:00 plegamos.
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