Una página ni cristiana ni seria: nada de nada, ¿o sí?

La página sí será cristiana (bueno, una página es una página, lo de cristiana no creo que se pueda aplicar con propiedad a una página web, pero supongamos que sí se puede…), pero los comentarios que he leído en ella a propósito de un tema de financiación de la Iglesia no lo parecen tanto.
La página se llama religiondigital.com. He llegado a ella enlazando con otras páginas más interesantes. Porque una "cosa de éstas" es interesnte no sólo por las noticias que da, sino también por el tipo de público que atrae. Y a juzgar por cómo se expresan, esta dichosa página digital no me gusta. Resulta que una propuesta hecha a la jerarquía católica para que aproveche la coyuntura política y económica y proponga una actualización en el convenio que mantiene con el estado da pie a bastantes de sus lectores a soltar por la tecla y vía online toda su ideología. Lo cual me hace sospechar de dicha página web. Una noticia es una noticia. La lees y punto. ¿A qué viene dar cancha a comentarios? O bien te expones a que te saquen los colores, porque no controlas a quienes puedan comentar; o bien pretendes precisamente eso, que otros digan lo que tú quieres que digan, pero que no quieres decir tú para aparentar equilibrio y sensatez; o bien eres un redomado hipócrita y lo que pretendes es revolver la pecina que hay al fondo de cualquier charca.
Ya digo. Esta página podrá tener noticias de mucho calado y actualidad, pero no me gusta ni un pimiento. No sé si volveré a ella, creo que más bien NO.

Ahora caigo. He preguntado online y me ha respondido que la dirige un tal José Manuel Vidal, periodista de El Mundo y otras sutilezas. Ya veo por dónde está el asunto…

Pues debería buscarse otro nombre para su página, y no "utilizar" un término al que no tiene derecho a privatizar…

Otra vez la Moli salió de paseo

Pero no fue con su amo, como corresponde, sino a su aire y a escondidas. Estaba desayunando tan tranquilo y ella se fue de tapadillo, como ansiando un rato de libertad, cuando tiene toda la que quiere.
Hora y tres cuartos ha estado desaparecida. ¡Que misterio éste el de la libertad! Lo mismo en animales que en personas. Podemos tener todo el libre albedrío que se pueda concebir, siempre ansiaremos otra cosa. Y hasta que no la logramos, no paramos. Seguro que para estar peor, como ahora la Moli, que ha vuelto un poco rara, pero no escarmentamos.
Lo de el otro día en Pirineos fue distinto. La pobre animala se despistó y se desorientó. Y como no sabría para donde tirar, a pesar de estar en medio de las montañas, decidió volver al abrigo del coche y de la tienda, y para allá que se fue como alma que pierde el culo, al decir de los montañeros que la vieron bajar despendolada.
Y allí estaba, dentro de la tienda, esperando y temerosa aún a pesar de estar en "sitio seguro".
Dicen que la experiencia es un punto, pero no siempre aprovechamos lo que vivimos para enmendarnos. Ni los perros ni sus amos. Tropecientas veces daremos en la misma piedra, no importa que nos duela el pie o la rodilla, y seguiremos insistiendo en andar por el mismo sendero.
Pero lo importante es que ha vuelto a casa. Lo de menos son las casi dos horas de incertidumbre, porque al fin y al cabo eso va incluido en el cargo.
Resultado: volvimos bien de las montañas, y estamos de nuevo todos juntos, como debe ser.