No sé cómo titular esto…; de cualquier manera. Ahora sí: Un momento de paz

Anoche pasamos un buen rato los catequistas; y sin salir del barrio. Bueno exactamente no barrio, porque esto es un puzzle que se va de las manos. Nos fuimos al bar de los campesinos, en la Cañada de arriba. Conchi nos trató bien y nosotros a ella también le hicimos un favor, porque un grupo así deja pasta.
Total, que cenamos y nos deseamos feliz verano. Ahora empieza ya la diáspora de las vacaciones. Unos para un lado, otro en casa pero con un ritmo distinto, a otros les llegan familiares que les modifican la vida…, total que en el verano nos vemos menos.
Jose se despidió de la catequesis. Dice ella que se jubila, porque tiene derecho a ello. Y tiene razón, pero menos; en esta tarea ¿cuándo se puede y debe jubilar uno? El caso es que no hay relevo previsible. Jóvenes no se acercan, y padres están en su mundo… En fin, después de verano veremos.

Ahora vamos a despedir a Nati. Rezar con los que sufren y lloran es piadoso. Ojalá consigamos animarles.

Retomo el teclado para continuar después del funeral de Nati. Ha sido como lo titulo: un momento de paz, de oración, de añoranza, de esperanza, de acción de gracias, de sosiego… Morir no es nada terrible. Lo que es horrible muchas veces, a lo mejor más de la cuenta, vivir y sobre todo vivir una vida plana, sin alicientes, sin ilusión y sin vida. Nati ha vivido y con ella hemos compartido muchas cosas.

Esas cosas siguen en la memoria y nos animan a mirar con esperanza lo que está por venir y lo que está en nuestras manos hacer.

Nati, estás con nosotros. Siempre estarás con nosotros.

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