Nunca someteré al cedro a semejante comparanza

Esto es que en el Norte de Castilla han publicado hoy un artículo titulado “El árbol de Valladolid que vale más que un Lamborghini”. Como nunca se dice quien peca cuando se habla de una acción mala o indecorosa, no diré qué mano lo escribió, o lo tecleó, que es lo que ahora se usa.


El arbol al que se refiere es un magnífico cedro del Líbano, en el Campo Grande, que presenta cara a la trompeta de la “Fuente de la Fama”.

Habré pasado por debajo de su rama más baja e inmensa cientos o miles de veces. Y siempre, siempre, siempre, me he sentido impresionado por la majestuosidad, y armonía del árbol. Y también porque sobre esa precisa rama gustan los pavos reales subirse para sestear o para vigilar; que todo puede ser.

El caso es que quien firma el dicho artículo osa tasarlo, y cifra su valor en 358.000 euros.

Ya supongo que se trata de un simple juego literario, una manera como otra de ofrecer al público lector un texto sobre un tema muy de la ciudad, como es el parque más antiguo y más concurrido, lugar de paseo, flirteo y meditación al alcance de la ciudadanía.


Cedro del Himalaya de la parroquia, 40 años

Inmediatamente he bajado a mi realidad personal y he dado en pensar que si alguien se atreve a tasar el cedro del Himalaya parroquial de mi patio de vecinos, le condeno inmediatamente a las mazmorras de mi indiferencia y desconsideración.

Tengo el placer de ostentar a ese árbol amigo en la barra lateral de este blog, casi desde sus principios. Y consideraría una afrenta a mi persona que alguien cometiera semejante felonía.