El Icono de Navidad del Monasterio Copto de Santa Catalina del Sinai




Éste es quizá el más significativo y completo (antiguo) de los iconos del misterio completo de la Navidad, anterior a la gran lucha de los iconoclastas. Éste es en resumen su sentido:
a. Del Círculo más alto (divino) con la tres estrellas de Dios Padre, desciende a Jesús y en él se encarna, como “rayo” de vida, la Palabra hecha carne, por el Espíritu que todo lo viste de rojo... Jesús en una cuna, con aureola de Cruz (se condensa así en el niño todo el misterio del Cristo pascual)
b. En el panel superior están los cuatro Arcángeles, que cantan la gloria de Dios y anuncian la epifanía a los tres magos (cf. arcángel de la derecha); este mundo angélico, presente en los grandes libros sagrados de Daniel y Henoc, desemboca en la encarnación de la Palabra de Dios, a cuyo servicio se pone.
c. En el panel del centro está María, humanidad que da a luz al Niño, entronizado con Cruz en la cuna, y a su lado vienen los tres magos, para descubrir la Sabiduría de Dios que es Jesús (vienen ya a pie, los caballos quedan abajo, a la izquierda). No son “reyes” (poder político), son “magos”, esto es los “sabios” más grandes de Babilonia, de Persia y de Egipto/Etiopía, las tres partes del mundo, en la línea de los sabios de gran conocimiento del libro de Daniel.
d. En el panel inferior, un ángel músico entre cabras llama con su flauta a los pastores, y ahí así aparece uno de ellos, a la derecha, con su zurrón. Los caballos de los magos están prontos a la izquierda, junto a José (que es Israel) pensativo y descubriendo el misterio, mientras dos mujeres (que son la humanidad entera, una de las cuales ha de ser María ¿y la otra Isabel?) limpian y visten al niño. Los caballos de los sabios aguardan a la izquierda, para llevar el buen conocimiento al mundo entero, en cabalgata de Navidad y Pascua.

Conclusión

Miremos de nuevo otra vez este icono, que nos llega de una de las iglesias más ricas de la cristiandad, antes de la gran disputa de los iconoclastas (los que destruían las imágenes). Estas pueden ser las conclusiones:
-- La Sabiduría de Dios es un niño que nace, Dios encarnado. La navidad es cuidar a los niños y necesitados
-- Los sacerdotes de esta Navidad son ante todo María y los Magos, la mujer grávida de Dios, los magos buscadores de su sabiduría, que llegan a pie (sus caballos quedan ya sin jinetes en la parte bajo, a la izquierda).
-- Éste es el gran misterio para José el Varón Israelita, mientras toca música el ángel de la flauta y llegan también los pastores...


El Monasterio de la Transfiguración o Monasterio de Santa Catalina (en griego: Μονὴ τῆς Ἁγίας Αἰκατερίνης) está situado en la boca de un cañón de difícil acceso a pies del monte Sinaí, en Egipto. Está construido donde la tradición supone que Moisés vio la «zarza que ardía sin consumirse». Se trata de uno de los monasterios más antiguos que continúan habitados. También se le conoce con el nombre de Monasterio de la Zarza Ardiente. Pertenece a la Iglesia ortodoxa autónoma de Monte Sinaí, dependiente de la Iglesia ortodoxa de Jerusalén. En 2002 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.


El pañal de Dios



Para ser reyes, no lo tuvieron fácil. Y por ser científicos, hubieron de tenérselas con ignorantes. Menos mal que ustedes eran personas normales y actuaron con discreción. Ni la corte ni el clero estuvieron a su altura. Por eso aquellos se perdieron en el olvido, y aún seguimos recordando a unos extranjeros que llegaron preguntando y recibieron un trato despectivo.
Es el sino de ustedes no ser acogidos por las altas dignidades y deseados por las personas simples y menores. A lo largo de los siglos. También ahora, les advierto. Especialmente en estos tiempos. Complicados, complejos, desesperantes.
Alguien pueda decir que ustedes tal vez se lo ganaron. Sí, su sola presencia, su estar preguntando removió asientos y posaderas regias apoltronadas, enervó ambiciones temerosas y provocó el sufrimiento y la muerte de inocentes: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven» (Mt 2, 18). Con oro, incienso y mirra no se paga la ignominia. No hay regalos que hagan olvidar una sola noche de terror. La culpa y la pena han de perpetuarse de generación en generación hasta el fin de los tiempos, sin redención posible.
Sí, ustedes deben seguir caminando, tras una estrella luminosa y fugaz, buscando incansablemente un recién nacido, rey esquivo y misterioso, entre seres de carne y hueso que sólo sueñan de tejas para arriba una sola noche al año, ya que el resto del tiempo tienen suficiente con sobrevivir en la intemperie.
Sí, a ustedes se les considera responsables y por lo tanto los que deben reparar el mal; sin posibilidad de ser exonerados hagan lo que hagan de esa dura carga.
Sí, en manos de ustedes está satisfacer los sueños y deseos de la especie humana, por más que una y otra vez se manifieste frustrada. Tarea prometeica, ahora más que nunca.
Tal vez por eso mismo, y digo sólo tal vez, en estos tiempos haya pugna por estar en su comitiva, por aparentar ser del cortejo, por figurar siquiera de personajillo o subalterno junto a ustedes. Por eso mismo haya empujones para desplazar al que no quiero, para poner al que me gusta, para contar o descontar según me plazca.
Señores magos de oriente a quienes hemos convertirdo en reyes de nuestra republicana casa, puesto que tienen una encomienda imposible de realizar a plena satisfacción del personal, sírvanse hacer lo que a ustedes les parezca. Al fin y a la postre, les va a dar lo mismo en este patio de monipodio, más bien corral de comedias. Vengan en buena hora y déjennos, y déjenme, cualquier cosa que tengan en sus alforjas, tal vez pasado un rato habrá dejado de interesarnos, substituida por otra diferente. No lograremos con ninguna de ellas recuperar nuestra inocencia, perdida o destruida en la noche de la infancia original.
Tal vez la encontremos o reconstruyamos cuando, a la vuelta de la vida, nuestro final se parezca a nuestro  comienzo. Por eso conviene atender a este relato, en el que los extraños personajes que llamamos reyes magos sirven de custodios de un valiosísimo pañal divino, vestido del “dios de los dioses”.
Evangelio árabe de la Infancia*
VII 1. Y la noche misma en que el Señor Jesús nació en Bethlehem de Judea, en la época del rey Herodes, un ángel guardián fue enviado a Persia. Y apareció a las gentes del país bajo la forma de una estrella muy brillante, que iluminaba toda la tierra de los persas. Y, como el 25 del primer kanun (fiesta de la Natividad del Cristo) había gran fiesta entre todos los persas, adoradores del fuego y de las estrellas, todos los magos, en pomposo aparato, celebraban magníficamente su solemnidad, cuando de súbito una luz vivísima brilló sobre sus cabezas. Y, dejando sus reyes, sus festines, todas sus diversiones y abandonando sus moradas, salieron a gozar del espectáculo insólito. Y vieron que una estrella ardiente se había levantado sobre Persia, y que, por su claridad, se parecía a un gran sol. Y los reyes dijeron a los sacerdotes en su lengua: ¿Qué es este signo que observamos? Y, como por adivinación, contestaron, sin quererlo: Ha nacido el rey de los reyes, el dios de los dioses, la luz emanada de la luz. Y he aquí que uno de los dioses ha venido a anunciarnos su nacimiento, para que vayamos a ofrecerle presentes, y a adorarlo. Ante cuya revelación, todos, jefes, magistrados, capitanes, se levantaron, y preguntaron a sus sacerdotes: ¿Qué presentes conviene que le llevemos? Y los sacerdotes contestaron: Oro, incienso y mirra. Entonces tres reyes, hijos de los reyes de Persia, tomaron, como por una disposición misteriosa, uno tres libras de oro, otro tres libras de incienso y el tercero tres libras de mirra. Y se revistieron de sus ornamentos preciosos, poniéndose la tiara en la cabeza, y portando su tesoro en las manos. Y, al primer canto del gallo, abandonaron su país, con nueve hombres que los acompañaban, y se pusieron en marcha, guiados por la estrella que les había aparecido. Y el ángel que había arrebatado de Jerusalén al profeta Habacuc, y que había suministrado alimento a Daniel, recluido en la cueva de los leones, en Babilonia, aquel mismo ángel, por la virtud del Espíritu Santo, condujo a los reyes de Persia a Jerusalén, según que Zoroastro lo había predicho. Partidos de Persia al primer canto del gallo, llegaron a Jerusalén al rayar el día, e interrogaron a las gentes de la ciudad, diciendo: ¿Dónde ha nacido el rey que venimos a visitar? Y, a esta pregunta, los habitantes de Jerusalén se agitaron, temerosos, y respondieron que el rey de Judea era Herodes.
2. Sabedor del caso, Herodes mandó llamar a los reyes de Persia, y, habiéndolos hecho comparecer ante él, les preguntó: ¿Quiénes sois? ¿De dónde venís? ¿Qué buscáis? Y ellos respondieron: Somos hijos de los reyes de Persia, venimos de nuestra nación, y buscamos al rey que ha nacido en Judea, en el país de Jerusalén. Uno de los dioses nos ha informado del nacimiento de ese rey, para que acudiésemos a presentarle nuestras ofrendas y nuestra adoración. Y se apoderó el miedo de Herodes y de su corte, al ver a aquellos hijos de los reyes de Persia, con la tiara en la cabeza y con su tesoro en las manos, en busca del rey nacido en Judea. Muy particularmente se alarmó Herodes, porque los persas no reconocían su autoridad. Y se dijo: El que, al nacer, ha sometido a los persas a la ley del tributo, con mayor razón nos someterá a nosotros. Y, dirigiéndose a los reyes, expuso: Grande es, sin duda, el poder del rey que os ha obligado a llegar hasta aquí a rendirle homenaje. En verdad, es un rey, el rey de los reyes. Id, enteraos de dónde se halla, y, cuando lo hayáis encontrado, venid a hacérmelo saber, para que yo también vaya a adorarlo. Pero Herodes, habiendo formado en su corazón el perverso designio de matar al niño, todavía de poca edad, y a los reyes con él, se dijo: Después de eso, me quedará sometida toda la creación.
3. Y los magos al abandonar la audiencia de Herodes, vieron la estrella, que iba delante de ellos, y que se detuvo por encima de la caverna en que naciera el niño Jesús. En seguida cambiando de forma, la estrella se torné semejante a una columna de fuego y de luz, que iba de la tierra al cielo. Y penetraron en la caverna, donde encontraron a María, a José y al niño envuelto en pañales y recostado en el pesebre. Y, ofreciéndole sus presentes, lo adoraron. Luego saludaron a sus padres, los cuales estaban estupefactos, contemplando a aquellos tres hijos de reyes, con la tiara en la cabeza y arrodillados en adoración ante el recién nacido, sin plantear ninguna cuestión a su respecto. Y María y José les preguntaron: ¿De dónde sois? Y ellos les contestaron: Somos de Persia. Y María y José insistieron: ¿Cuándo habéis salido de allí? Y ellos dijeron: Ayer tarde había fiesta en nuestra nación. Y, después del festín, uno de nuestros dioses nos advirtió: Levantaos, e id a presentar vuestras ofrendas al rey que ha nacido en Judea. Y, partidos de Persia al primer canto del gallo, hemos llegado hoy a vosotros, a la hora tercera del día.
4. Y María, tomando uno de los pañales de Jesús, se lo dio a manera de elogio. Y ellos lo recibieron de sus manos de muy buen grado, aceptándolo, con fe, como un presente valiosísimo. Y, cuando llegó la noche del quinto día de la semana posterior a la natividad, el ángel que les había guiado anteriormente, se les presenté de nuevo bajo forma de estrella. Y lo siguieron, conducidos por su luz, hasta su llegada a su país.
VIII 1. Los magos llegaron a su país a la hora del mediodía. Y Persia entera se alegró y se maravilló de su vuelta.
2. Y, al crepúsculo matutino del día siguiente, los reyes y los jefes se reunieron alrededor de los magos, y les dijeron: ¿Cómo os ha ido en vuestro viaje y en vuestro retorno? ¿Qué habéis visto, qué habéis hecho, qué nuevas nos traéis? ¿Y a quién habéis rendido homenaje? Y ellos les mostraron el pañal que les había dado María. A cuyo propósito celebraron una fiesta, al uso de los magos, encendiendo un gran fuego, y adorándolo. Y arrojaron a él el pañal, que se tornó aparentemente en fuego. Pero, cuando éste se hubo extinguido, sacaron de él el pañal, y vieron que se conservaba intacto, blanco como la nieve y más sólido que antes, como si el fuego no lo hubiera tocado. Y, tomándolo, lo examinaron bien, lo besaron, y dijeron: He aquí un gran prodigio, sin duda alguna. Este pañal es el vestido del dios de los dioses, puesto que el fuego de los dioses no ha podido consumirlo, ni deteriorarlo siquiera. Y lo guardaron preciosamente consigo, con fe ardiente y con veneración profunda.
 
* El Evangelio árabe de la Infancia, también conocido como Evangelio árabe del Pseudo Juan, es un evangelio apócrifo tardío, escrito entre los años 450-550 d.C. en asirio y luego traducido al árabe, de 158 páginas conservadas en buen estado, que se guarda en la Biblioteca Ambrosiana de Milán.
Se trata de una recopilación escrita de narraciones conservadas oralmente para satisfacer la curiosidad de quienes deseaban más detalles de la infancia de Jesús.

Test de religión. Prueba


El columnista de The New York Times y ganador de dos Premios Pullitzer, Nicholas Kristof, ha retado a sus lectores --Test Your Savvy on Religion-- a que prueben sus conocimientos en religión con un test muy original.

Lo hace en aras de la tolerancia y contra el fanatismo, tras conocerse un sondeo donde se constata que buena parte de los católicos norteamericanos desconoce el significado de la palabra 'comunión', que muchos protestantes no tienen ni idea de quién era Martin Lutero y que bastantes judíos desconocen que Maimónides era judío.

Estás son las preguntas de la encuesta. Pruebe y denos su opinión.

1. ¿Qué libro sagrado comenta que una chica que no sangra en su noche de boda debe ser lapidada hasta la muerte?
A. Corán
B. Antiguo Testamento
C. Hinduísmo

2. ¿Qué texto sagrado dice: "No habrá obligación de saber la verdad en materia religiosa"?
A. Corán
B. Evangelio de Mateo
C. Carta de Pablo a los Romanos

3. Los terroristas que fueron pioneros en el uso de chalecos suicidas y en la utilización de mujeres en los ataques, ¿a qué religión pertenecían?
A. Islam
B. Cristianismo
C. Hinduismo

4. "Cada niño es tocado por el demonio tan pronto como nace y este contacto le hace llorar. Exceptuando a María y su hijo." Este versículo es de:
A. Las cartas de Pablo a los Corintios
B. El Libro de la Revelación
C. Un texto del salafismo árabe

5. ¿ Qué texto sagrado apoya la esclavitud?
A. Antiguo Testamento
B. Nuevo Testamento
C. Corán

6. En el Nuevo Testamento, Jesús ve la homosexualidad como:
A. Fuertemente condenatoria
B. Perdonable
C. Nunca mencionó nada referente

7. ¿Qué texto sagrado insta a responder al mal con la bondad, diciendo: "Repeler el mal hecho con otro peor"
A. Evangelio de Lucas
B. Libro de Isaías
C. Corán

8. ¿Qué figura predica la tolerancia religiosa, al sugerir que Dios se ocupa de todos los pueblos y los lleva a todos a la tierra prometida?
A. Mahoma
B. Amos, profeta de Israel del siglo VIII
C. Jesús

9. ¿Cuál de estos líderes religiosos fue un polígamo?
A. Jacob
B. Rey David
C. Mahoma

10. ¿Qué es lo que caracteriza el comportamiento de Mahoma hacia los Judíos de su tiempo?
A. Él los mató.
B. Se casó con una judía
C. Les elogió como un pueblo elegido.

11. ¿Qué sagrada escritura insiste en: ¡Feliz el que tome a tus hijos y los estrelle contra las rocas!
A. Libro de los Salmos
B. Corán
C. Levítico

12. ¿Qué sagrada escritura sugiere golpear mujeres que se portan mal?
A. Corán
B. Cartas de Pablo a los Corintios
C. Libro de los Jueces

13. ¿Qué líder religioso cita a las mujeres al mando a guardar silencio durante los servicios?
A. El primer Dalai Lama
B. San Pablo
C. Mahoma




Respuestas:
1.  B: Deuteronomio 22:21.
2.  A: Corán, 2:256. Sin embargo, en otras secciones del Corán se describe la coacción.
3.  C: La mayoría de los atentados suicidas primeros fueron por tamiles hindúes (algunos seculares) en Sri Lanka y la India.
4.  C: Salfismo. El Islam enseña que Jesús fue un profeta para ser venerado.
5.  Todos ellos.
6.  C: No hay indicación de los puntos de vista de Jesús.
7.  C: Corán, 41:34. Jesús dice lo mismo con distintas palabras.
8.  C: Amós 9:07.
9.  Todos ellos.
10.  Todos ellos.
11.  A: Salmo 137.
12.  A: Corán 4:34.
13.  B: San Pablo, ambos en 1 Corintios 14 y 1 Timoteo 2, pero muchos eruditos creen se trata de añadidos posteriores.